[57] PEQUEÑA PATEA-TRASEROS

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El sonido del llanto de Rick fue suficiente para romper el corazón de Lara aún más de lo que ya estaba.

Todo se estaba volviendo demasiado para Lara, quien no podía manejar la atmósfera en el patio. Los sollozos de Rick se mezclaron con los llantos del bebé su cabeza comenzó a dar vueltas y el mundo se volvió borroso.

Se despertó cuando Rick se quedó en silencio, arrodillándose en el suelo con los ojos vacíos, en blanco y mirando al suelo. Daryl dejó que su mano se deslizara por el brazo de Lara antes de dar un paso hacia Rick, agachándose para mirarlo.

—Rick, ¿estás conmigo? —preguntó Daryl, moviendo una mano frente a la cara de Rick—. ¿Rick?

—Déjame ver a la bebé —dijo Hershel acercándose a Lara.

—¿Qué le vamos a dar de comer? —preguntó Daryl—. ¿Tenemos algo que un bebé pueda comer?

—La buena noticia es que se ve saludable —dijo Hershel después de examinar a la bebé mientras Lara la sostenía—. Pero necesita fórmula y pronto, o no sobrevivirá.

—No —dijo Daryl, con una mirada de pánico brillando en sus ojos—. De ningún modo. Ella no. No vamos a perder a nadie más. Voy a salir.

—Te acompaño —dijo Maggie.

—Yo también —respondió Glenn.

—Y yo —ofreció Lara.

—Está bien —dijo Daryl—. Piensen a dónde vamos. Beth —tiró de Beth a un lado—. El chico acaba de perder a su mamá. Su papá no está bien.

—Lo cuidaré —prometió Beth.

Daryl hizo un gesto a Axel y Oscar—. Ustedes dos a la valla. Si se amontonan muchos tendremos problemas.

—Espera, ¿dónde están T-Dog y Carol? —preguntó Lara, mirando alrededor. Nadie respondió y Lara supo por qué, con el rostro arrugado por la tristeza—. Dios. No...

—Glenn, Maggie, vámonos —dijo Daryl—. ¡Vamos, se nos irá la luz!

Lara nunca había visto a Daryl tan asustado, y fue algo que la hizo darse cuenta de lo desesperados que estaban. Sabía que haría cualquier cosa por la bebé que actualmente lloraba en sus brazos, pero Lara no era madre; no tenía los medios para alimentarla. Le entregó la bebé a Carl, quien la tomó con cuidado en sus brazos.

—Acuna su cabeza —susurró Lara—. Volveré enseguida —persiguió a Glenn y Maggie, que estaban siguiendo a Daryl—. ¡Esperen!

—Hay un supermercado en la 85 —dijo Glenn.

—No, la sección de bebés fue vaciada —respondió Maggie—. Lori me pidió que estuviera atenta. No he tenido mucha suerte.

—¿Hay algún lugar que no haya sido completamente saqueado? —preguntó Daryl.

—Vimos letreros de un centro comercial al norte —dijo Glenn.

—Sí, pero hay demasiados escombros en el camino —respondió Maggie—. Un auto nunca logrará pasar.

Daryl miró su motocicleta—. Sólo puedo llevar a uno.

—Yo iré —dijo Lara inmediatamente, dando un paso adelante.

—No —dijo Maggie, sacudiendo la cabeza—. No, tienes que estar aquí para Carl y la bebé. Tienes que estar aquí para Rick. Yo iré. Ellos te necesitan.

—Lara —dijo Daryl suavementa—. Tiene razón.

Lara se mordió el labio para que no temblara—. Tengo que ir. No puedo no hacer nada.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora