[127] NEGAN

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Lara colocó una mano sobre su estómago, cubriendo su barriga de manera protectora mientras miraba a las masas de hombres que los rodeaban.

—Bien —habló una voz. Pertenecía a un hombre de pelo canoso, facciones afiladas y ojos fríos—. Lo lograron. Bienvenidos a donde iban. Tomaremos sus armas —apuntó con un arma a Carl y Lara se paró frente a él sin pensar en lo que estaba haciendo—. Ahora.

—Podemos hablar de...

—Ya terminamos de hablar —interrumpió el hombre—. Es momento de escuchar.

Luego hubo manos sobre las armas de Lara, quitándoselas y dejándola indefensa. El hombre sacó el arma de Carl de su cinturón, mirándola—. Esa es tuya, ¿verdad? —Carl no dijo nada y el hombre asintió, dejando escapar una risa entrecortada—. Sí, es tuya.

Sacudió el sombrero de Carl y Lara se acercó a su sobrino. El hombre se enderezó y miró a Maggie, que seguía tendida en la camilla.

—Bueno —dijo el hombre—. Bájenla y pongamos a todos de rodillas. Hay mucho que cubrir.

—Espera —espetó Abraham, mientras los Salvadores se adelantaban para encargarse de Maggie—. Nosotros nos encargamos.

—Claro, claro —respondió el hombre, levantando las manos mientras sus hombres retrocedían.

Cuidadosamente ayudaron a Maggie a bajarse de la camilla y ponerse de rodillas, Rick y Abraham la ayudaron a arrodillarse antes de que Abraham se arrodillara a su lado. Lara se paró detrás de Abraham cuando el hombre se les acercó.

—Te necesitaré de rodillas —le dijo el hombre a Rick.

Rick no estaba acostumbrado a esto. No estaba acostumbrado a estar en una situación como esta. Habían tenido encuentros cercanos en el pasado, pero cuando se dio cuenta de que todo había resultado para estos hombres y que él era el responsable de llevar a su gente a esa trampa, supo que no había salida. Les dispararían veinte veces si movían un músculo que sugiriera que estaban a punto de escapar.

Rick encontró la mirada de Lara y se arrodilló.

Cuando lo hizo, Lara entendió el mensaje. Abraham se volvió hacia ella y le ofreció una mano, ayudándola a bajar al suelo, consciente del bebé. Cuando estuvo abajo, Lara se volvió hacia Abraham y le dio las gracias con la cabeza, revelando una pequeña sonrisa a cambio.

Estaban juntos, pensó Lara. Juntos como un grupo. Estarían bien.

—¡Dwight! —dijo el mismo hombre, y Lara tuvo la sensación de que era una especie de líder sobre esta gente.

—¿Sí? —respondió un hombre rubio con una cicatriz en la cara, saliendo de la multitud.

—Es hora —respondió el hombre.

La parte trasera de una camioneta se abrió y Lara ahogó un sollozo cuando vio a Dwight agarrar a Daryl por el brazo y sacarlo a rastras de la camioneta. Estaba cubierto de sangre y su piel estaba mortalmente pálida, llenando a Lara de más preocupación. Ver esas flechas en el caminante le había infundido un miedo como ningún otro, pero saber que Daryl había sido secuestrado y actualmente estaba herido lo hizo diez veces peor.

Cuando lo sacaron a rastras de la camioneta, la primera persona que buscó fue Lara. Sus ojos se posaron primero en Carl, recorriendo la fila de sus amigos hasta que se posaron en su esposa, y cuando vio la mirada preocupada en sus ojos y la palidez de su rostro, maldijo por que ella se encontrara allí. Había rezado para que ella estuviera de vuelta en casa, escondida detrás de los muros de Alexandria donde pudiera estar a salvo de todo esto.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora