[77] CAMINANTES EN LAS ENREDADERAS

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Lara apagó la música después de un rato porque sabía cuando llegaba al límite. Daryl le dio las gracias mientras lo hacía, bajando su gorra para que le cubriera los ojos en venganza por someterlo a media hora de música que no le gustaba.

—Oye, sé que no te estabas escapando —le dijo Daryl a Michonne, que estaba sentada en la parte de atrás entre Tyreese y Bob—. El problema es que el rastro ya desapareció. Lo sabes, ¿verdad? Si fuera diferente, te estaría acompañando.

Lara comenzó a juguetear con la radio con torpeza, escuchando la estática con la que se había familiarizado. Alcanzó la caja del CD, hojeándola para tratar de encontrar algo que todos disfrutaran. Entonces oyó la voz.

Encontrar... refugio...

—¿Eso es una voz? —preguntó Bob.

—Shh —susurró Daryl, subiendo el volumen de la radio.

Determinados a sobrevivir... manténganse con vida... determinados...

Lara miró hacia arriba una fracción de segundo antes que los demás, y vio al caminante en medio de la carretera—. ¡Daryl!

Daryl pisó los frenos y el auto se desvió bruscamente hacia un lado mientras intentaban evitar al caminante. Lara agarró el asiento con fuerza cuando la mano de Daryl se disparó sobre su pecho, impidiendo que saliera disparada hacia adelante a pesar de llevar puesto el cinturón de seguridad. Fue una reacción instintiva sobre la que no tenía control; sucedió porque quería que Lara estuviera a salvo.

El auto se detuvo y Lara miró por las ventanas, con los ojos muy abiertos de horror cuando vio la manada de caminantes bloqueando el camino delante de ellos. Había cientos de ellos, tal vez miles de caminantes deambulando, y cuando escucharon el ruido del auto, muchos de ellos comenzaron a amontonarse alrededor del vehículo.

—Daryl —dijo Lara insegura, odiando la sensación de claustrofobia que le inundaba dentro de ella.

Tantos caminantes rodeándolos la hacía sentir como si estuviera atrapada en un ataúd; muerta.

—¡Agárrense de algo! —gritó Daryl, poniendo el auto en reversa mientras las llantas chirriaban contra el camino.

Golpeó a los caminantes detrás de él mientras se alejaba de los que agarraban el capó del auto y Lara señaló hacia un lado—. ¡Ve a la izquierda!

Cuando Daryl aceleró el motor, no sucedió nada, y Lara miró por el espejo lateral para ver el auto atascado sobre los cuerpos de los caminantes; la sangre salpicada por todas partes. A pesar de matarlos, no había manera de que el auto pudiera moverse sin que alguien saliera a empujarlo, y eso era demasiado peligroso.

—Está atascado —dijo Lara.

—Tendrán que correr por los huecos de allí —dijo Daryl, señalando—. Ustedes cuatro corran al bosque y no paren por nada, ¿escucharon? ¡Ahora!

Mientras hablaba, contándoles el plan, Lara se preguntaba qué haría y sentía más que nunca la necesidad de estar a su lado. Sin embargo, una mirada de Daryl cuando terminó de hablar le dijo que siguiera su plan, y mientras él subía por el techo corredizo, Lara abrió la puerta de un empujón, derribando un caminante mientras salía y empuñaba su cuchilla. Corrió junto a Michonne, apuñalando a los caminantes que se acercaban demasiado, en dirección a los árboles.

Había tantos, provenientes de todos los ángulos, que Lara apenas podía distinguir nada. Todo parecía borroso, como si su cuerpo estuviera en piloto automático. Ya había hecho esto muchas veces; estuvo en situaciones como esta, cuando su cuerpo actuaba sin un pensamiento consciente. ¿Un caminante se acercaba demasiado? Muerto. ¿Un espacio despejado hasta los árboles? Sus pies se dirigían en esa dirección.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora