[85] BUSCANDO SANGRE

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Lara no durmió bien esa noche.

Estaba constantemente nerviosa y cada vez que escuchaba a uno de los Reclamadores alzar la voz un poco demasiado fuerte, se estremecía y un escalofrío de terror recorría sus huesos. Cada vez que cerraba los ojos, podía sentir sus manos sobre ella, la impotencia que sintió cuando se dio cuenta de que no podía hacer nada para detenerlo... no pensó que alguna vez se quitaría ese miedo.

Le recordó un tiempo que había pasado hacía mucho tiempo; uno que preferiría no recordar. Ella y Glenn nunca habían hablado de eso con nadie, ni siquiera entre ellos. Juraron que sin importar lo que pasara, nunca volverían a mencionarlo. Hubo un momento en que Lara casi dejó escapar las circunstancias exactas de esa salida hacia Daryl, de camino al CDC, pero se las arregló para desviar la conversación del tema. No era algo que quisiera recordar. No era algo que quisiera revivir.

Lo que pasó ese día la había marcado de por vida, pero hizo a un lado los recuerdos y trató de olvidar. Se lo guardó para sí misma; nunca se lo dijo a nadie, e hizo un buen trabajo escondiéndolo, pero el encuentro con los Reclamadores lo había sacado todo a relucir.

Estaba absolutamente aterrorizada de dormir, preocupada de ver enemigos sin rostro desgarrando su ropa o sentir manos sobre ella que no eran suaves como las de Daryl.

Daryl notó lo cansada que estaba cuando se despertó sobresaltada después de casi quedarse dormida. Estaba sentado contra la pared, y estaban relativamente escondidos del resto del grupo, por lo que se acostó en el piso, ignorando la molestia que sentía al estar acostado sobre concreto sólido, y empujó ligeramente a Lara con el pie.

—Ven aquí —dijo Daryl, haciéndole un gesto con la mano para que se acercara.

Se movió levemente, ajustando cuidadosamente su cuerpo para quedar acostada al lado de Daryl. Estaba a un lado, con la cabeza apoyada en el pecho de Daryl mientras se acurrucaba en su calor tanto como era posible, tratando de ocultarse de cualquier mirada.

—Sabes que ahora estás a salvo —susurró Daryl—. Te tengo. No te volverán a tocar.

Lara asintió y levantó la mano para apartar el cabello de Daryl de sus ojos—. Lo sé. Confío en ti. Son ellos en los que no confío.

—Nunca dejaré que nadie te lastime, nunca más —prometió Daryl—. Cualquiera que te ponga un dedo encima, está muerto.

Lara se inclinó para besar a Daryl fugazmente, un beso en los labios mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro—. Estoy tan contenta de haberte encontrado.

—Yo también —respondió Daryl—. Nos desharemos de estos tipos tan pronto como podamos.

Lara asintió.

—Oye —susurró Daryl, rozando la mejilla de Lara con el pulgar—. Voy a protegerte, ¿de acuerdo? A ti y al bebé.

Lara sonrió y, por primera vez desde que Daryl la encontró, parecía feliz—. Vamos a tener un bebé.

—Sí —dijo Daryl—. No pensé que alguna vez encontraría a alguien a quien amar, y mucho menos ser un maldito padre.

—Yo tampoco —respondió Lara—. Especialmente no durante todo esto. Quiero decir... nunca nos habríamos conocido. Nunca nos hubiéramos encontrado.

—Me gusta pensar que lo haríamos —dijo Daryl—. Incluso sin todo esto, me gusta pensar que nos hubiéramos conocido.

—Sí —dijo Lara—. Si nos despertáramos mañana, y todo esto fuera un sueño, ¿qué sería lo primero que harías?

—Iría a King's County y te encontraría —respondió Daryl—. Pase lo que pase, siempre te encontraré, ¿recuerdas?

Lara dejó escapar un suspiro—. Lo recuerdo.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora