[40] EL CHICO NUEVO

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A la mañana siguiente, Daryl regresó a la granja para ayudar en la búsqueda de Rick, Hershel y Glenn. Mientras discutían su plan, llegó un camión por la pista y Lara vio que se detenía y Rick salía.

Carl sonrió, corriendo hacia su padre—. ¡Papá!

Lara estaba justo detrás de él, abrazando a Rick con fuerza cuando lo alcanzó—. Me alegra que estés bien.

Lori lo abrazó a continuación, con una mirada de alivio en su rostro. Hershel salió de la camioneta—. Patricia, prepara el cobertizo para cirugía.

—¿Estás herido? —le preguntó Lori a Rick.

—No, pero ¿qué te pasó? —preguntó Rick, notando los moretones en la cara de Lori.

—Tuve un accidente —respondió Lori.

—¿Accidente? ¿Cómo? —preguntó Rick.

—Te fui a buscar —respondió Lori.

—Se fue sola —dijo Shane—. La traje de vuelta.

—¿Estás loca? —preguntó Rick—. Pudiste...

—¿Quién diablos es ese? —preguntó T-Dog, notando al otro chico sentado en la camioneta.

—Ese es Randall —respondió Glenn.

—Cielos, ¿qué le pasó? —preguntó Lara, mientras se acercaba al auto y vio al chico con los ojos vendados.

—Se quedó atascado en una valla —respondió Rick—. Tenemos que llevarlo adentro. Hershel va a operarle la pierna, a ver qué puede hacer.

Más tarde, el grupo se reunió en la cocina de los Greene, sentados alrededor de la mesa. Nadie estaba emocionado con la idea de permitir que un completo extraño se uniera a ellos, e incluso Rick podía ver el malestar que había causado la llegada del chico.

—No podíamos simplemente dejarlo atrás —dijo Rick—. Se habría desangrado, si es que vivía lo suficiente.

—El pueblo se ha puesto feo —dijo Glenn.

—¿Qué hacemos con él? —preguntó Andrea.

—Reparé su pantorrilla lo mejor que pude, pero probablemente tendrá daño en los nervios —explicó Hershel—. No estará de pie durante al menos una semana.

—Cuando esté, le damos una cantimplora, lo llevamos a la carretera y que siga su camino —respondió Rick.

—¿No es lo mismo que dejarlo con los caminantes? —preguntó Lara—. Pensé que no matábamos a la gente.

—Tendrá oportunidad de pelear —dijo Rick, cuando Lara notó que Daryl entraba por la puerta.

—¿Tan sólo lo dejaremos ir? —preguntó Shane—. Sabe dónde estamos.

—Estuvo con los ojos vendados todo el camino —dijo Rick—. No es una amenaza.

—¿No es una amenaza? —repitió Shane con incredulidad—. ¿Cuántos de ellos había? Mataste a tres de ellos, tomaste a uno de rehén, pero no van a venir a buscarlo.

—Lo dejaron para que muriera —espetó Rick—. Nadie lo está buscando.

—Aún así deberíamos montar guardia —recomendó T-Dog.

—Por el momento está inconsciente —respondió Hershel—. Y lo estará por horas.

—¿Sabes qué? Voy a ir a buscarle flores y dulces —dijo Shane con amargura—. ¡Atención, hemos vuelto a la tierra de la fantasía!

—Todavía no hemos hablado de lo que hiciste en mi granero —dijo Hershel, deteniendo a Shane cuando se disponía a irse—. Permíteme dejar esto muy claro, de una vez por todas: esta es mi granja. Ahora, quería que te fueras. Rick me convenció de lo contrario, pero eso no significa que me tenga que gustar. Así que haznos un favor a ambos, mantén la boca cerrada.

Shane no dijo nada antes de salir de la habitación.

—Miren —dijo Rick eventualmente—, hoy no haremos nada al respecto. Dejemos que se calmen las cosas.

Lara notó que los ojos de Daryl la observaban y, cuando se levantó para salir de la habitación, él se alejó de ella y salió por la puerta. Poniendo los ojos en blanco, ella lo siguió, trotando para alcanzarlo.

—¡Oye! —gritó Lara, causando que él se detuviera—. ¿Puedo hablar contigo?

Daryl se giró para mirarla—. ¿Qué?

—¿Qué es lo que pasa contigo? —preguntó Lara—. Justo ayer hablábamos muy bien, pero de repente estás actuando como si no pudieras soportar verme. ¿Hice algo mal?

—No —respondió Daryl.

—¿Entonces? —preguntó Lara—. ¿Qué pasa?

—Solo déjalo —dijo Daryl—. No quiero hablar de eso.

—Algo te molesta —dijo Lara—. Carol me contó cómo le gritaste. Se trata de Sophia, ¿no?

—Pasé todos los malditos días buscando a esa niña —espetó Daryl—. Recibí una bala y una flecha en el proceso. Tuve esperanza por nada.

—Sí, pero eso no es malo —dijo Lara—. Tener esperanza no es algo malo.

—Lo es —respondió Daryl.

—No, no lo es —respondió Lara—. Pero hay algo más que te molesta. ¿Qué pasa?

—Nada —respondió Daryl.

Lara se dio cuenta de que no estaba llegando a ninguna parte con Daryl, así que suspiró—. Bueno. Cuando quieras hablar, ven a buscarme.

Mientras se alejaba, Daryl suspiró. No fue su intención ser grosero o alejarla, pero después de que ella lo dejó anoche, comenzó a pensar, lo que normalmente nunca era bueno. Se preguntó por qué ella parecía tan enamorada de él, porque al final del día no era muy bueno para nadie. No tenía facilidad para llevarse bien con las personas como Rick o Glenn; no hacía amigos fácilmente, y ciertamente no amaba a nadie, excepto tal vez a Merle.

No sabía cómo procesar sus sentimientos por Lara, porque cada vez que la miraba, sentía la necesidad de protegerla. No quería tener ese tipo de conexión con nadie, pero al mismo tiempo la quería con ella. No quería que ella lo odiara, pero Daryl no era bueno con los sentimientos, así que en su mente pensaba que si la alejaba, los sentimientos desaparecerían.

Lo que él no se dio cuenta fue que solo lo hizo sentir aún más herido, al ver la expresión abatida en su rostro cuando se apartó un poco de él, giró sobre sus talones y se alejó. A él también le dolía verla herida, especialmente sabiendo que él era la causa, y por mucho que intentara negarlo, el hecho era este:

Daryl Dixon había encontrado algo especial en Lara Grimes, y eso lo aterrorizaba absolutamente.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora