[111] SI NO PELEAN, MUEREN

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Cuando Glenn volvió de su salida, lo hizo sin Aiden y Noah.

Ambos habían muerto ese día, y cuando Lara descubrió que Nicholas era el responsable de la muerte de Noah, Glenn hizo todo lo posible para evitar que fuera allí y lo matara por lo que había hecho. Aunque no conocían a Noah desde hacía mucho tiempo, había sido un buen chico y no merecía morir.

Era dulce y Lara había disfrutado de su compañía. Siempre estaba muy entusiasmado con el bebé, discutiendo nombres y ofreciéndose a tratar de encontrar pintura en sus salidas para que Lara pudiera decorar la habitación del bebé. Era demasiado bueno para el mundo, y la noticia de su muerte golpeó a Lara casi tan fuerte como la muerte de Beth.

Tara había resultado herida con un fuerte golpe en la cabeza. Todavía estaba inconsciente, pero creían que podrían estabilizarla. Lara no sabía muy bien cómo procesar lo que había pasado ese día, porque parecía que todo había empezado a salir mal, como siempre.

Lara no durmió esa noche, demasiado afligida como para considerarlo. Se sentó con Carl toda la noche, quien se había hecho amigo de Noah y estaba de duelo por él. Ninguno de ellos habló, pero cuando Carl pidió consuelo en los brazos de Lara, ella no dudó en abrazarlo, tratando de mantenerse unida por el bien de su sobrino.

Al día siguiente, Lara subió a ver a su hermano después de desayunar—. ¿Puedo quedarme contigo hoy?

—¿Estás bien? —preguntó Rick.

Lara asintió—. Es solo que... Daryl no ha vuelto y yo no... no quiero estar sola.

—Está bien —dijo Rick—. Iremos a ver a Deanna.

La encontraron en el cementerio, de pie ante la tumba de su hijo. Lara vio otras tres tumbas y suspiró. Solo cuatro. Si tan solo ellos hubieran sufrido esas pequeñas pérdidas, tal vez seguirían siendo las mismas personas que eran antes de que todo esto sucediera.

—Lo siento —dijo Rick—. ¿Cómo lo llevas?

—Mal —respondió Deanna.

—Tenemos un problema con Pete —dijo Rick.

—Esperaba que se solucionara —dijo Deanna.

Los ojos de Lara se agrandaron—. ¿Lo sabías?

Deanna asintió y Rick dijo—: No se ha solucionado. No lo hará.

—Pete es cirujano —dijo Deanna—. Ha salvado vidas. Podría estar salvando la vida de Tara.

—Golpea a su esposa —señaló Rick—. Tenemos que detenerlo.

—¿Cómo?

—Hay que separarlos —respondió Rick, habiendo escuchado a Lara la noche anterior—. Le diremos que así será de ahora en adelante.

—¿Y qué va a pasar cuando no quiera aceptarlo? —preguntó Deanna.

—No es su decisión —dijo Lara.

—¿Entonces qué? —preguntó Deanna.

—Lo mato —respondió Rick—. Lo matamos.

—Nosotros no matamos a las personas —respondió Deanna—. Esto es civilización, Rick.

—Advertir a alguien que se detenga o se muere es civilizado hoy en día —dijo Rick. Deanna se burló.

—¿Entonces qué? —preguntó Lara—. ¿Dejamos que la golpee? ¿Dejamos que la mate?

—No —respondió Deanna—. Lo exiliamos.

—Si hacemos eso no sabemos qué pasará cuando vuelva ni qué irá a hacerles —respondió Rick—. Dejarlo ir hace este lugar vulnerable. ¿De verdad esperarás hasta que alguien en esa torre tenga que hacerse cargo? Y eso es si tenemos suerte.

DANGER ZONE | Daryl Dixon ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora