MR BAD GUY

ACTION THIS DAY

- No sé –dudó no obstante.

- Pero he de ser sincero contigo, lo único que se hacer en la cocina es el té.

- Pues a mi no se me da nada mal –manifestó Chris por fin relajado y seguro de si.

- ¿Ah, si? ¿Qué sabes hacer?

- Pimientos rellenos a la riojana –soltó con una sonrisa secreta de triunfo.

- ¿Qué?

Esa cara de maravilloso enigma que ponía Enzo, y que en general ponían la mayoría de hombres por muy seguros que estuvieran de si mismos, le encantó.

- El tercer marido de mi madre era español y cocinaba tan bien. Este plato era una delicia. Me pasaba media hora después de acabarlo rechupeteándome los dedos.

- Te puedo imaginar – le dijo ya totalmente recuperado de la confusión, con sonrisa traviesa. Chris volvió a arremeter contra él para evitar sus insinuaciones-. Pero tú eres ingles como yo. ¿Qué cultura gastronómica tienes?

- Se hacer la ensalada waldorf estupendamente.

Enzo observó curioso como el hombre que estaba destinado a ser su pareja durante una temporadita, se desenvolvía en la cocina con soltura y elegancia. Se puso a tostar unas nueces en la sartén. Tras un rato las sacó y reservó. Enzo cogió una ante la mirada reprobadora de Chris.

- O sea que eres de esos ¿no? –quiso saber Enzo mordisqueando su nuez.

- ¿De cuales? –preguntó sacando un cuenco grande, sin ninguna ayuda de Enzo que no sabía donde estaban ni los cubiertos.

- Los que cuando cocinan son controladores y maniáticos.

- Qué va, mi pareja y yo cocinamos mucho juntos.

Era la primera vez que Chris hacía mención de su vida privada. Enzo enseguida aprovechó para interrogarle sin complejos.

- ¿Cómo se llama? –era el único modo de averiguar su orientación sexual.

- Se llama Ekaterina.

Dios mío, es otro heterosexual camuflado como yo, pensó al instante Enzo. Tenía muy claro que Chris sentía algo por el igual que él. Estaba claro que se había montado su farsa autodomesticada. Tenía bastante claro que tenía ante él un gay.

- ¿No te acompaña?

- No, ella es empresaria. Trabaja mucho.

Entendió que no quisiera hablar mucho de ella.

- ¿Qué estás batiendo?

- Yogur y mayonesa.

- Qué rico.

- Venga, te dejo que cooperes. Exprime medio limón. Toma. ¿Sabrás?

Enzo le hizo una mueca. Le entregó el limón cortado empujándole el exprimidor a lo largo de la encimera.

- Si me hago daño será todo culpa tuya. Es la primera vez en mi vida que exprimo nada.

- ¿En serio? ¿Nunca te has hecho un zumo?

- No, siempre me lo han hecho. Primero mi madre, luego Pauline.

- Echame el zumo en la crema.

- ¿Despacio?

- Si, mejor.

- ¿Asi?