WAS IT ALL WORTH IT?

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Enzo miraba y remiraba a Chris recostado sobre su sofá y no podía ver la diferencia entre este y el anterior. Los años le habían tratado con generosidad. Seguía teniendo ese rostro de facciones regulares y hermosas. De sus ojos color miel salían en profusión arrugas y seguía teniendo la misma bonita nariz respingona.

Se había presentado con dos botellas de champán Cristal y su ensalada Waldorf. Enzo palmoteó como un niño al recordar lo que se había cocinado en torno a esa ensalada. De repente todo volvió con claridad casi dolorosa a su mente. La casita que tenía alquilada en Howth cerca del cementerio, sus grandes manos moviéndose con agilidad por la cocina, aquella complicidad.

- ¿Cómo te has acordado?

- Cómo no. Era lo único que comías medianamente bien.

- Pero tenía que ser la tuya. Taron, cariño. Mira lo que nos ha traído Chris. ¿No es un encanto? –le alargó el bol con la ensalada.

- Hola, Chris. La verdad es que yo tambien había preparado ensalada. Qué casualidad –exageró la sonrisa Taron trasteando por la cocina, como era su estilo.

- Yo no puedo competir con Taron. Aún recuerdo los langostinos criollos que preparó para tu cumpleaños en Los Angeles. Algo memorable.

Taron tenía un ego tan monumental como una estrella de rock pero intentó no ablandarse con los comentarios laudatorios de Chris.

- Te dejamos que trabajes, querido. Pero no nos hagas esperar mucho o nos empezaremos a comer uno al otro.

Enzo esperó paciente a ver la cara que le ponía Taron. Le encantaba provocarle. Pero fue Chris quien le miró raro ante ese comentario.

- Oh, perdóname, amor. Estaba bromeando –quitó importancia con un gesto de la mano.

- Eso imaginaba.

Habían hablado demasiado de trabajo y Enzo descorchó con su habitual habilidad una tercera botella de Cristal, esta vez de su bodega, llenando con profusión la copa de Chris.

- ¿Es que quieres emborracharme? –le dijo con media sonrisa acercándole la copa.

- ¿Tú quieres emborracharte? –le interrogó Enzo a su vez, clavando sus ojazos en él como dagas de fuego.

-        ¿Tú quieres emborracharte? –le interrogó Enzo a su vez, clavando sus ojazos en él como dagas de fuego

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- Claro que no.

- ¿Seguro?

Chris se bebió de un trago la copa que acababa de llenarle y empezó a entrarle el hipo. Los dos estallaron en carcajadas.

- Chris, no deberías rendirte aún con ella. Deberías luchar por Ekaterina. Formabais una pareja espléndida cada vez que salíais juntos.

- Una pareja no es solo quedar bien en los photocalls, ¿no crees?

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora