ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Suazilandia era un pequeño estado enclavado entre Mozambique y Sudáfrica. Una monarquía absoluta más pequeña que Israel, Eslovenia o Kuwait. Su nombre derivaba de la tribu suazi, una étnia bantú. A pesar de su cada vez más incipiente turismo aún seguía siendo uno de los países con menor renta per cápita y uno de los más castigados por el Sida. Uno de cada cuatro habitantes tenía la enfermedad. Aquí la dentellada de esa terrible plaga era muy profunda. Su último rey absolutista había declarado el Sida desastre nacional.
El país lo afrontaba como podía, con mucha ayuda. Su aportación no superaba el tercio para combatir el virus, el resto salía del Fondo Mundial y de la ingente cantidad de organizaciones no gubernamentales que inundaban el país.
El 69% de su población vivía precariamente mientras su poderoso rey había sido considerado uno de los monarcas más ricos del mundo. La revista Forbes valoraba su fortuna en más de cien millones de dólares y había construido un palacio para cada una de sus trece mujeres. Peculiaridades de los países africanos.
El centro que se encontró Enzo en Lobamba era un calco exacto del que había dejado en Inhambane. Era un poco más numeroso. Había un total de 56 huérfanos y su funcionamiento era muy parecido. Con escuela, enfermería, huerto, gallinas, cerdos. Se comía lo que se producía y eso ayudaba a cubrir parte de los gastos; unas 700.000 libras al año. La luz era muy cara y tenían graves problemas de escasez de agua. Eso afectaba a sus cosechas y a veces se veían obligados a comprar en el mercado los alimentos. También se preocupaban de costear los primeros gastos de los huérfanos que se lograban emancipar del orfanato.
Enzo enseguida se hizo con la voluntad de uno y cada uno de los niños. Intentaba hablar con ellos en su precario inglés sobre los motivos por los que estaban en el orfanato. Algunos no querían hablar al principio pero acababan confiando en él sin reservas. Los ojos de Enzo podían ser tan puros e inocentes como los de ellos.
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El duelo de miradas era algo que a Enzo le gustaba practicar con ellos porque a través de ello podía adivinar aunque solo fuera una pizca de todo lo que habían tenido que vivir a tan corta edad. Muchos habían llegado con una cantidad importante de lacras; desde la malnutrición, a las enfermedades varias, todo tipo de abusos y explotación sexual. En algunos casos tras la muerte de sus padres algunos habían sido rescatados de la prostitución.
Enzo solía acudir a la clase de los niños como uno más donde se hablaba de todo tipo de cosas: sensibilización y prevención del VIH/Sida, igualdad de géneros, protección de la infancia y salud sexual. Se ofrecía ayuda psicológica, educación nutricional. La idea era que los niños desarrollaran su autoestima lo más pronto posible.
Los grupos de teatro formados por Enzo fueron todo un éxito otra vez. Les ayudaba a expresarse, a relacionarse de otro modo con sus compañeros, a compartir, a confiar en sus potenciales. Y era nuevo y fascinante para todos.
Una parte muy importante de la educación de los niños era la agricultura tradicional y moderna. Aprendían a preparar el terreno, a sembrar y trasplantar, escardar, regar, controlar las plagas, a cosechar y almacenar y luego se vendían los productos en el mercado. También se hacía hincapié en la recuperación de los conocimientos tradicionales sobre los cultivos autóctonos, plantas medicinales y la biodiversidad.