FOOLING AROUND

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Ya esta, pensó Enzo mientras recorría sus ojos de hito en hito. Le tenía a su merced. Se había puesto en evidencia tanto que no había modo de salir con decencia de esto. Salieron del ascensor. Enzo le empujó adentro.

- Regresa. Tu prometido se va a preocupar.

- Ay, mi zorrita –suspiró saliendo del ascensor-. Sabes que te echaría un buen polvo si es lo que quieres. Lo sabes ¿no?

Se sintió ridículo pero afirmó. Lars tomó su cara entre sus manos. Se las agarró entre las suyas con fiereza. Posó sus labios en su frente un rato. Enzo cerró los ojos y gimió con desamparo.

- Tú lo has querido –dijo tras un rato de mirarle con severidad.

Agarró su mano con esa fuerza tan familiar. El estómago de Enzo dio un vuelco.

- ¿Adonde vamos?

- Te voy a follar y luego te irás. ¿Vale?

Enzo asintió como un autómata. Lars le llevó a toda velocidad sin darle explicaciones hasta que llegaron al garaje donde tenía su coche.

- Entra –dijo accionando la llave.

- ¿No decías que nunca habías follado en un coche?

- Entra de una vez –dijo sin atisbo de humor en su voz y rostro.

Lars le sentó en su regazo. Le bajó el pantalón hasta  las pantorrillas e hizo lo mismo con el suyo. Apartó a un lado la tela de los calzoncillos de Enzo y se introdujo en él. Tras unos pocos segundos de indecisión su cuerpo reaccionó con rapidez a su brusca incursión. Le había penetrado sin más. Enzo se agarró con ambas manos al volante en busca de un punto de apoyo. Lars agarró a su vez el hueco tras sus rodillas para impulsarle más profundamente a él. Enzo gemía como si se estuviera precipitando al vacío. En cierto modo lo estaba haciendo.

Lars observó con rostro sereno su cuerpo cimbreándose manejado por él. Quería que Enzo se satisficiera rápido pero su cuerpo estaba enrabietado hasta que todo terminó en una explosión liberadora.

- ¿Ya estás mejor? –se interesó con el rostro muy serio, posando su mano sobre una de sus mejillas ruborizadas, desde atrás.

Afirmo sin apenas aliento.

- Tengo que volver –declaró Lars.

Le desligó bruscamente de él. Le recolocó los mínimos calzoncillos en su sitio y le abrazó a su espectacular tórax. Llevó su mano a su sexo, acariciándole como la tierna cabeza de un bebé. Lars levantó su barbilla haciendo que le mirara y frunció sus labios con los dedos con leve sonrisa. Enzo seguía acariciándole ahí abajo. Le apartó la mano con firmeza.

- Ya has tenido lo que querías –dijo subiéndose la bragueta.

- No –protesto aplastándole contra él-. No...

- ¿Qué quieres, Enzo? –se impacientó apartándole.

- Quiero que seas duro conmigo. Muy duro.

Lo recalcó y sus ojos enfebrecidos se clavaron en los suyos.

- ¿Lo estás diciendo en serio?

- Lo necesito.

Sus labios temblaron ligeramente tras decirlo. El brillo en los ojos de Lars era superior a cualquier otro  visto antes. Era el brillo del triunfo. Hizo amago de salir tras perforarle con sus fríos ojos azules.

- Pero ¿te vas? –le cogió fuertemente del antebrazo.

- Muy agudo –dijo por toda respuesta.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora