ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Esa relación tenía una deriva muy concreta y Enzo, tras la pataleta inicial, intentó asumirlo. Era consciente de que se había enamorado de una persona que probablemente fuera bisexual y amaba y deseaba a su novia. Pero algo en su vida había cambiado y ese algo era Enzo. Y no sabía donde ubicarle. Intentaba tenerlo todo controlado; trabajo y familia pero el era una pieza que no encajaba en su puzzle armado a medida hacía muchos años. Era algo más que un chico sexy que le excitaba demasiado. Ni siquiera al principio fue eso. Sus miradas habían conectado mucho antes de haberse tocado, así que opinaba que no solo les unía el sexo. Les unían muchas más cosas. De hecho hablaban muchísimo. Las largas horas de impass que nutren a un rodaje habían servido para que se conocieran como muy pocas personas se llegaban a conocer.
Como su relación era producto de unas circunstancias muy concretas otra cosa muy predominante era el humor. Se hacían reír uno al otro a carcajadas. Y luego estaba por supuesto el sexo. Y follaban siempre que a Chris le venía bien, lo cual para Enzo era algo exótico y excitante. Eran muy felices, en la misma medida que se hacían tremendamente desgraciados.
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El fin del rodaje significó todo menos dejar de verse. Les esperaba por delante una implacable campaña de promoción que tendrían que hacer conjuntamente con el resto del reparto y equipo técnico y creativo de la cinta.
Cuando regresaron a Londres, mantuvieron una serie de encuentros intermitentes pero muy intensos. Enzo estaba tan enamorado de Chris que no podía evitar preguntarle una y otra vez qué pensaba hacer con su novia Ekaterina. Chris le daba largas, le aseguraba que le quería y que eso era suficiente. Que su relación significaba mucho para él. Para una persona tan romántica e intensa como Enzo, aquellas palabras le bastaban.
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan contento?
Enzo entró por la puerta del apartamento de Chris canturreando. Venía con una botella de su champán favorito, Moet & Chandon y con un corte de pelo nuevo.
- Hoy toca sexo en el hogar Gallagher –coreó dando unos pasos de ballet por la entrada hasta la cocina.
Chris, estaba con delantal y entre ollas humeantes. Más sexy no le podía parecer. Enzo, sacó su lengua lascivamente y no se contentó hasta que Chris hizo lo propio con la suya y se besaron largamente.
- Apaga todo eso. Vamos a follar –dijo Enzo con energía metiendo las botellas en la nevera.
Enzo le agarró insistente de la mano tirándole hacia la habitación. Chris no conocía un hombre con el impulso sexual de Enzo, era una auténtica máquina de sexo.
- Oh, cariño. ¿Qué ocurre? –quiso saber con gesto lastimero viendo su rostro preocupado.
- ¿Ves el apartamento bien? –le preguntó mirando en derredor.
Enzo echó un vistazo ligero con sus preciosos y grandes ojos oscuros ribeteados con kohl. Estaba espectacularmente guapo esa noche. Se encogió de hombros.
