ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Volvió a Londres para pasar un fin de semana y oxigenarse una vez más de Lars y su obsesivo deseo por él. Necesitaba salir de fiesta, emborracharse, drogarse y pasárselo bien. Solo eso.
De nuevo se tropezó a aquel muchacho que le había rechazado y al que había sometido a férreo espionaje. Parecía estar solo así que no se lo pensó dos veces y se acercó a él.
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- ¿Estás solo? –le preguntó con su preciosa voz suave y bien articulada.
- Hola. Si.
Oh, Dios mío. Aquellos ojos enormes y expresivos color azul grisáceo que le miraban siempre tan fijamente cuando hablaba. Como si en vez de "¿Estas solo?" le hubiera recitado un poema.
- ¿Te puedo invitar a una copa?
Esta vez actuó con cautela y tacto.
- No. Ya te invito yo.
- Vodka con tónica. Vodka Stolishnaya, por favor. Vaso grande.
Se comieron con los ojos unos instantes. El ambiente estaba electrificado. Enzo se demoró en esos párpados oscuros y ensoñadores y las pestañas largas e infantiles. Luego por supuesto se fijó en su ropa.
- Vas muy guapo –dictaminó recorriéndole de arriba abajo sin recato alguno.
- Solo llevo una camiseta blanca y unos vaqueros -se observó con despiste.
- Tienes unas clavículas muy bonitas. Yo soy Enzo -estiró la mano.
- Yo Tarek -se la estrechó con energía.
- ¿Ya no tienes novio? –le ofreció un cigarrillo y él negó diciendo que no fumaba. Tras observar absorto como Enzo se encendía el suyo y daba una calada profunda con los ojos entrecerrados, le contestó con una sonrisa:
- Esta noche no.
Enzo no preguntó más. Lo único que sabía era que estaba solo. Le daba igual si solo disponía de esa noche de libertad y al día siguiente se casaba en la catedral. Esa noche era para él.
- ¿Cómo tienes de grande la polla? –volvió a preguntarle con una sonrisa.
Tarek recordaba perfectamente esa pregunta y lo ofendido que se sintió la anterior vez por ella. Ahora lo tomó de diferente modo, había bebido demasiado.
- ¿Por qué tienes que preguntármelo con ese acento americano? Ni siquiera te sale bien.
Enzo se quedó totalmente cortado ante su respuesta. Y tras unos segundos de indecisión no se pudo permitir seguir mudo.
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