Montreux estaba bellísimo con nieve. El paseo que bordeaba el lago Leman lucía una respetable carga ya profusamente agujereada por las pisadas de los más madrugadores. Al fondo los Alpes emergían del lago con jirones interminables de niebla. Se anunciaban para la jornada aún más precipitaciones en forma de nieve. Apenas había gente por la calle. Un grupo de niños hacía un muñeco entre jolgoriosos gritos. Mientras los que debían ser sus padres enfocaban sus cámaras fotográficas de última generación hacia el espectacular paisaje.
Era curioso como desde que posó sus ojos en ella, se enamoró de aquel rincón de Suiza. Aunque siempre la consideró un sitio coñazo en el cual dos o tres días eran lo tolerable para regenerarse y volver a toda prisa a su adorado y bullicioso Londres.
Ahora veía las cosas desde otro prisma. Desde su enfermedad, Montreux adquirió mayor importancia en su escala de preferencias. Nunca desbancaría su barrio de South Kensington pero actualmente le daba mucho valor a esa ciudad tranquila hasta la exasperación. Pensó con evidente sinceridad que era el lugar ideal para alguien cansado y enfermo.
Inspiró profundamente inflando sus pulmones hasta casi sentir dolor. El frío aire alpino procedente del lago penetró en sus fosas nasales sintiéndolo como cristales. Las holgadas mangas de seda de su batín ondeaban sin apenas esfuerzo.
Cuando hubo terminado la inspiración procedió a expirar ese aire con mucha lentitud. Repitió la operación otro par de veces y antes de seguir con la tercera, sintió unos brazos envolviéndole protectoramente el cuerpo y arrastrándole con fuerza de la terraza.
- Pero bueno ¿qué estás haciendo? ¿Te has vuelto loco? -le amonestó Tarek cerrando tras él la puerta corredera.
- ¿Qué estás haciendo tú? Estaba regulando mi respiración. ¿Eso también está en la lista negra de los jubilados?
- ¿Regulando tu respiración? ¿Antes o después de pillar una inmisericorde neumonía? ¿No se te ocurre una al derechas? -protesto frotándole los brazos con energía-. Estás helado.
- Deja de tratarme como una muñeca de porcelana. Estaba regenerando mis pobres pulmones de ex fumador.
- Y tu deja de automedicarte libremente con lo que es sano y no. Si sales ahí fuera no puedes hacerlo en bata y zapatillas.
- Mi amor, eres un rollazo. Déjame en paz.
Teniendo en cuenta que se presentaba por delante una temporada en la que Enzo emprendería una vida de jubilado, pensó que intentaría ser lo más feliz que pudiera. Sentía que necesitaba poner tierra de por medio y Montreux, hundida entre montañas y anclada en su propio ritmo atemporal, era el lugar idóneo para intentar poner en marcha el experimento.
Acudieron pasadas las ajetreadas navidades, junto a Duncan y Svetlana. Así se garantizaban una buena comida, compañía agradable y gente sensata alrededor cuando se empezaran a poner irritables uno con el otro. Algo que pasaba siempre cuando estaban de vacaciones.
- Quiero que me enseñes alemán -le sugirió Tarek un día desayunando.
Enzo pinchó un trozo de su salchicha y le lanzó una mirada incrédula. Tarek tenía curiosidad por todo pero ¿ese idioma endiablado? Debía aburrirse mucho en Montreux para proponerle algo así.
- No, cariño.
- ¿No? ¿Qué clase de respuesta es esa? ¿Por qué no?
Enzo le alargó su trozo de salchicha y se lo puso con naturalidad en la boca. Tarek se la comió y le alargo a su vez su porción de crêpe Suzette bien bañada en zumo de naranja. Enzo la saboreó con los ojos cerrados de placer. Solían comerse las cosas del plato uno del otro.
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MR BAD GUY
FanfictionENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO. HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...