Slaven empezó la bola de nieve. Su delgado cuerpo avanzó reptando por el sofá hasta toparse con el de Enzo encogido. El color oscuro de sus ojos le taladró. Enzo se echó más hacia el respaldo y entonces se percató de que detrás estaba Goran. Le besó con suavidad desde el lóbulo de la oreja hasta el hombro. No se lo impidió pero se encogió, confuso. Luego hundió su boca en el vello poblado de su pecho. Solo le besó y lamió pero Enzo empezaba a perder el control de su cuerpo.
De repente se vió cogida la boca dentro de la boca de Nemanja. Su lengua le devoró. Y sin más le cogió en brazos como si fuera una mísera partícula. Le depositó en la cama. Enzo se incorporó y Slaven tomó el relevo de Nemanja. Todos ya estaban totalmente desnudos. Se puso encima de él con suavidad y elevó sus caderas para quitarle los calzoncillos. Enzo no se resistía en ningún momento. Los arrojó a un lado de la cama con delicadeza y uno de ellos le puso de costado. Puede que fuera Goran. Pasó con sus dientes desde su nuca hasta la planta del pie. Dando unos mordisquitos como pequeños pellizcos que hicieron que volviera el deseo perezosamente a trepar por su cuerpo. Se retorció ya totalmente cubierto de sudor y sin poderlo remediar emitió un gritito. Eso les inflamó a todos que estaban desnudos y empapados de sudor en torno a él. Otro de ellos le empezó a mordisquear el ombligo mientras le abría las piernas en torno a él. Era Slaven. El estaba por delante y Goran detrás. Le besó con voracidad, mordiéndole. Enzo estaba muy excitado y no sentía la necesidad de tomar iniciativa alguna. Se movían todos vertiginosamente en torno a él como si estuvieran jugando un partido de los suyos. Tomando posiciones, avanzando, replegándose, dirigiendo.
Goran desde atrás agarró su sexo y Slaven con la lengua en su boca ahogó su gemido desmayado. Por fin las manos de Enzo cobraron vida y agarraron el trasero de Goran contra el de él. Enseguida tuvo su cuerpo preparado. Se impulsó con violencia con su primera embestida y gritó con fuerza. Mientras Goran entraba y salía de él sin tregua, Slaven mordisqueaba sus tetillas juguetonamente. Cerró los ojos mareado tras su poderoso orgasmo y las últimas sacudidas de Goran. Rodó por la cama como el ovillo de lana olvidado por el gatito. Su cuerpo chorreaba y las sábanas estaban empapadas. Goran respiraba muy fuerte contra la almohada y Enzo se volteó al extremo opuesto. Trascurrieron treinta segundos, no más, desde que Goran se hubo salido de él. Unos brazos enormes le atenazaron el cuerpo y le incorporaron de la cama. Sus brazos tan largos como telas de araña le aferraron. Le llevó atado a su cintura hasta el baño. Era Slaven.
- Voy a darte una ducha. Estás empapado.
Lo dijo con una seguridad tal que pensó: es algo lógico. Enzo respiraba con dificultad. Le depositó en el plato de ducha con delicadeza, sus ojos se fueron directamente a su sexo inflamado. Captó su mirada mientras enjabonaba la esponja y también le miró ahí abajo.
- Qué pedazo de polla tienes –no pudo evitar comentar Slaven.
Enzo al sonreír enseñó ligeramente sus preciosos incisivos conejiles antes de ponerse como casi siempre la mano en la boca para ocultarlos. La nariz respingona de Slaven se arrugó. Slaven también era de una belleza arrebatadora. Enzo casi resbaló al suelo pero por suerte estaba entre chicos con los sentidos en extremo afilados.
- ¿Estas bien? –se interesó Slaven con el rostro preocupado-. Estás temblando, ¿tienes frío?
Aquella belleza no entendía que acababa de tener un orgasmo como una catedral hacía escasos minutos y no se tenía en pie aún. Negó con la cabeza, muy serio. Sin mediar palabra le elevó a su cintura y pegó su cuerpo a los azulejos del baño. Enzo se aferró con dureza a su cintura con los tobillos. Salieron del baño y antes de poder decir nada más le dio un beso y otro y otro más. Besos cortos y dulces. Dejó de temblar. Enzo se aferró a su cuello y sintió sus brazos delgados y kilométricos apresando sus caderas. Estaba preparadísimo. ¿Qué poseían los cuerpos de estos deportistas para ese autocontrol? Era alucinante.
- Me gustaría tener ese monumento de polla dentro pero necesito follarte. Sino estallaré en mil partículas incandescentes –le comunicó Slaven.
A Enzo le dio la risa floja.
- Solo por decir esa frase te mereces lo que quieras.
Entro en él como una explosión. Se empotraron contra la pared gimiendo. Era consciente mientras lo hacían que el resto les observaba en silencio. Casi con reverencia. Estaba siendo el juguete sexual de todos aquellos y nada parecía incorrecto. Cuando terminaron y sintió la respiración agitada de Slaven en su pelo cerró los ojos y tras unos minutos de calma en torno a su quebradizo cuerpo le depositó en la cama de nuevo.
Entre la neblina de la excitación y la fatiga pensó cual sería el que se creería con derecho a poseerle, ahí y ahora. Se agarró a la cabecera de la cama y volvió a encogerse subiendo sus rodillas hasta el pecho en posición fetal. Nemanja al pie de la cama, en cuclillas observándole recogió la fuerza de su mirada en la de Enzo. Nemanja le echó la cabeza para atrás y besó su garganta arqueada. Sentía sus manazas sosteniendo su nuca y la electricidad que desprendía ese cuerpo con el suyo. Sin prisas descendió por todo su cuerpo. Enzo sentía la sangre desbocarse irremediablemente por sus venas.
- Quiero comerme tu polla –musitó Nemanja observándola en todo su esplendor.
La sola frase a Enzo le puso a mil. Aunque le habría encantado que la polla de Nemanja entrara en él, se dejó masturbar agarrando la cabeza del croata contra su sexo. Acabó saliéndole un chillido animal, exagerado. Se volvió loco, descontrolado. El ritmo que imprimió con su lengua y su boca le hizo descontrolar tanto que pensó que allí mismo se desmayaría. Su rostro barbado y sudoroso le miró con media sonrisa una vez terminado todo.
Enzo necesitaba dormir. De repente oyó una puerta que se abría y alzó la mirada cansada. Era Darko, que salía de la habitación de Duncan. Le puso boca abajo y elevó sus caderas. La piel se le erizó. Sin más le penetró. Volvió a gemir. Mientras le atraía y repelía podía imaginarse sus fríos y tranquilos ojos admirando la curva de su espalda y su bonito trasero. Nunca había sentido la sexualidad como aquella vez en Zagreb. Se sintió en todo momento como un dios. No supo si se desmayó o se durmió. Estaba exhausto. Pero hubo un fundido a negro y la paz total.
ESTÁS LEYENDO
MR BAD GUY
FanfictionENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO. HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...