MR BAD GUY

GIMME THE PRIZE

Tarek intentó quitarse la desilusión de encima, divirtiéndose con Taron y un grupo de amigos alemanes. Visitaron un montón de clubes y sobre las dos de la mañana Taron anunció que él se recogía. Tarek no sentía deseos aún de terminar la juerga. Como sus nociones de alemán eran mínimas, hizo buenas migas con el único amigo alemán de Enzo que hablaba fluido ingles, Patrick. Cuando cerraron los locales le invitó a su casa. Tomaron unas copas y luego le llevaron de vuelta al hogar Efseryan ya despuntando el día.

Tarek entró a hurtadillas en la habitación totalmente a oscuras. Al intentar descalzarse se dio con el tobillo viendo las estrellas y se refrenó para no juramentar y despertar a Enzo. Se metió en la cama sigiloso pero estaba más que despierto. Y muy cabreado.

- ¿Dónde cojones te has metido hasta ahora? –dijo dándose la vuelta y encendiendo la lámpara.

- Lo mismo podría preguntar yo. Cuando llegué no estabas en el aeropuerto.

- Soy un hombre ocupado, cariño. No siempre puedo estar ahí para darte mimitos.

- Vete a la mierda. No quiero ningún mimito tuyo.

- ¿Con quién has estado?

- Ya sabes que he estado con Taron. ¿No tenía instrucciones precisas tuyas de sacarme a pasarlo bien?

- Si, pero Taron hace tres horas que regresó.

- Patrick.

- ¿Quién es ese?

- ¿No conoces a tus amigos?

- ¿Te has acostado con él?

- Que te den. Déjame dormir.

Durante buena parte del sábado no se cruzaron palabra alguna. Pero estaban ambos enfadados así que el único interlocutor de la casa con quien hablaban era Taron, que como siempre intentaba llevarlo lo mejor que podía, con fina diplomacia.

Al final Enzo no pudo resistirlo más y acabó rompiendo el hielo. Le abrazó por detrás mientras Tarek se bebía un té mirando por el gran ventanal hacia Englischer Garten.

- Lo siento –le susurró besando su espalda por encima de su camiseta de tirantes.

Tarek siguió bebiendo su té en silencio sin moverse.

- Lo siento –le repitió ahora besando la parte derecha de su cuello repetidas veces. Pero este seguía sin inmutarse.

- Lo siento –repitio una tercera vez esta vez dándole la vuelta para mirarle a los ojos.

- Ya te he oído.

- Pues dime que tú también lo sientes.

- Yo no siento nada. No he hecho nada por lo que tenga que pedirte perdón.

- Oh, solo intentaba ser romántico. Contigo es imposible.

- No voy a ser tu juguetito, Enzo. Creo que deberíamos dejarlo claro antes de que regrese a Londres.

- Amor, ¿por qué dices eso?

- ¿Tienes novio en Munich?

- ¿Qué? Oh, no seas ridículo.

- Leoni me ha dicho que tienes una relación.

- Leoni es una bocazas y cuando la vea la voy a tirar de los pelos.

- Me gustaría saberlo porque haría mis planes. No me hagas perder el tiempo.

- Oh, cariño. No me hables así. Sabes que estoy loco por ti. ¿Por qué sino te iba a pagar un billete de avión en primera?