MY FAIRY KING

35 0 0
                                    

Enroscó las piernas en torno a su cintura y esperó que le tomara en brazos. Le miró un instante con la expresión confundida. ¿En qué estaba pensando?

- ¿Me quieres dentro de ti? –preguntó Lars.

Estudiaba cada una de sus facciones. La fluidez de sus movimientos había cesado. Si Enzo respondía afirmativamente a su pregunta no calibraba lo que podía significar para él.

- Más bien quiero que sientas mi polla dentro de ti –dijo rotundamente Enzo.

Lars le mordió casi con ternura la barbilla. El quejido grato de Enzo le excitó. Pasó sus brazos alrededor de su cuello. Enzo le ofreció su torax. Lars gimió encantado y besó cada uno de sus pezones. Solo besos y Enzo se derritió. Todo su cuerpo latía de ansiedad cuando le llevó cargado en brazos hasta la cama. Cayeron pesadamente abrazados y le pidió poder montarle por primera vez. Lars frunció el ceño. Enzo se lo besó enternecido y pasó las manos por su vientre durísimo. Pasó su lengua por toda su espalda robándole quejidos deliciosos mientras le tocaba el sexo. Ya estaba muy empalmado y algo incómodo. Volvió a tumbar a Enzo debajo de él abriéndole las piernas con brusquedad y alzándole bien el trasero. Se deslizó en su interior y enseguida comenzó su ritmo de castigo.

- ¿Por qué no me dejaste follarte esta vez?

La pregunta de Enzo no iba cargada de reproches. Solo tenía curiosidad. En realidad Enzo solía tener un papel indistinto con todas sus parejas aunque reconocía que lo que más le gustaba era ser pasivo.

- Porque entonces me estarías tú follando a mí. No es mi rollo contigo.

Aún respiraban con dificultad. Sudorosos, ruborizados, sin aliento. Estaban mirándose frente a frente, tumbados de costado.

- Entonces si no me dejas encima creo que nunca me enamoraré de ti.

Lars sonrió tranquilo, relajado. A Enzo le gustaban sus dientes irregulares. Sus colmillos largos.

- Y no podrás hacer nada para impedirlo –alargó Enzo dos dedos a sus labios. Se los metió a la boca mordiéndolos. Fuerte. Su garganta se contrajo de deseo. Los ojos azules adoptaron un tono más oscuro, de intenso deseo. Ahora metió sus dedos en la boca de Enzo. Este los besó todos ellos.

- Me gustan tus anillos –le comentó Enzo estirando sus dedos sobre su pecho, tentándole.

Todos los dedos de sus manos estaban ocupados por anillos enormes. Los diez dedos.

- ¿Si? ¿A un it boy como tu? –preguntó sarcástico.

- Deja de llamarme eso.

- Es lo que eres.

- Soy actor, gilipollas.

Lars mantuvo sus dos manazas bien extendidas. Cada una sobre uno de sus pechos. Jugueteó con sus enormes anillos. Enzo le quitó uno que era la cabeza de un dragón. Solo le cabía en el dedo gordo. Se rieron.

- Quiero pasarme el día follándote –manifestó Lars con el mismo tono natural del que dijera "parece que no deja de llover".

- También podemos hablar.

- No me gusta hablar con mis polvos.

- Oye, pues con esa que te tiraste delante de mi bien que hablabas.

- Es una amiga.

- ¿La trajiste aquí para torturarme?

- Si.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora