THE GREAT PRETENDER

79 0 0
                                    

Enzo había tardado casi dos años en decidirse a presentar a Tarek a sus padres. Cuando se encontraba en Reino Unido tenía el saludable hábito de ir a comer o tomar el té con ellos cada jueves. A pesar de llevar un estilo de vida radicalmente alternativo para los estándares de su tradicional familia, él también tenía un fuerte sentido tradicional de la vida. Y esos hábitos rutinarios de visita le eran indispensables para asentar los pies en el suelo y recordarse a sí mismo la gente que realmente le quería y se preocupaba por él.

Su madre Darya y su padre Amir eran un matrimonio encantador que vivía en una casita unifamiliar en Richmond, al sur de Londres. Enzo había querido hacía años comprarlos una casa más lujosa pero ellos tercamente se habían negado. Sus necesidades eran pocas, no necesitaban más espacio. Eran gente sencilla con aficiones normales y una carencia absoluta de pretensiones. Para ellos Enzo era su niño flacucho y rebelde y a pesar de su arrolladora fama, nada había cambiado.

Tarek vivió esa primera incursión en la casa de sus "suegros" como una prueba de fuego importante y dio por sentado que Enzo estaba preparando el terreno a sus padres. Pero aquello distaba de ser la realidad.

La visita dejó de ser agradable para él en el momento en que Enzo hizo las presentaciones. En vez de presentarle como el hombre de su vida, simplemente les dijo que era su jardinero. Y Tarek no tuvo manera de ocultar su decepción. Se sintió ninguneado, perfectamente inútil en su vida. Tarek percibió que subían los colores a su rostro por la indignación. También lo debió percibir Enzo porque se apresuró a añadir que también era muy buen amigo. Pero la bofetada ya se la había llevado y su único empeño fue disimular en lo posible el dolor inmenso de su corazón.

Ni la excelente comida de Darya ni la excursión junto a Amir por su pequeño pero coqueto jardín, le pudieron reponer.

- ¿Qué demonios te pasa? –le volvió a preguntar Enzo entrando por la puerta de casa.

- Nada –volvió a contestarle Tarek sin ni siquiera mirarle.

- No voy a volver a preguntártelo para llevarme un quinto nada –le espetó dejando el consabido tupper de galletas de queso que siempre le preparaba su madre.

- Igual te le llevas así y todo –dijo esta vez desafiante Tarek poniéndose en jarras.

- ¿Ah, si?

- ¿Sabes tu problema, Enzo? Que no eres cualquier persona, eres Enzo Efseryan; el gran actor de cine con muchas personas a su cargo y normalmente te comportas como tal. Igual que ahora con tus padres hablándoles de lo bien que se le daban las rosas a tu jardinero.

- No he mentido. Trabajas para mí.

- Me ha quedado clarísimo. Ante tus padres soy el jardinero.

- Oh, no seas tan quisquilloso.

- Era mi primera visita y pensé que ibas por fin a sincerarte con ellos.

- Pensaste, pensaste. Haz el favor de no pensar tanto. Es suficiente con la información que tienen. Tú los has visto. Mis padres son muy conservadores y su religión demoniza la homosexualidad. ¿Crees que necesitan saberlo?

- Pues si. Creo que deberían saber que su hijo tiene una relación con otro hombre desde hace más de un año y no seguir abrigándoles esperanzas de que algún día les presentes a un clon de Pauline.

- ¿Por qué dices eso?

- Oh, vamos. Tu madre quiere nietos. Quiere una buena chica para su Enzo y la querría ya. Ellos no pueden seguir con la idea absurda de que eres un heterosexual soltero sin más. ¿No lo entiendes?

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora