THERE'S NO LIVING IN MY LIFE ANYMORE

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- Yo no soy hombre para ti, Tarek -soltó de repente una tarde mientras le observaba trabajar en su taller.

Tarek le miró de soslayo mientras pulía una caja. Le dedicó media sonrisa sin prestar demasiada atención a la frase. Eran frases que últimamente repetía.

- ¿Ah, si? ¿No lo eres? Yo siempre he pensado que si.

- Pensaba que podría prestar oídos sordos a este murmullo continuo que tengo en mi cabeza. Pero creo que es hora de hacer caso a mis murmullos.

- ¿Oyes voces? -alzó una ceja volviendo a mirarle, cómico.

- Muy altas y muy claras. Y además tienen razón así que...

Lo había conseguido. Ya tuvo que dejar su tarea de pulimentación. Apagó la lijadora dejándola apoyada contra la madera y se volvió hacia él con los brazos cruzados.

- Sigue con tu tarea, cariño. No quiero distraerte.

- Demasiado tarde. ¿De qué estás hablando?

- Solo pensaba en voz alta. Pensaba en mi deterioro y en que hay momentos en que no puedo soportar que entregues tu vida a mi. Mírate, la persona más independiente del mundo así.

- ¿Así como? ¿Teniendo el privilegio de amar y cuidar al hombre más impresionante sobre la faz de la tierra? Creo que despierto muchas envidias. Sobre todo entre tus fanáticas fans.

- Ni siquiera practicamos sexo desde hace meses. Si ellas supieran... -puso los ojos en blanco.

- No te preocupes por el jodido sexo.

- Si, si lo hago. No te puedo decir, "Ve y echa un polvo" porque moriría de abrasadores celos. Ya me conoces. Pero eso no quita que tu situación no la considere injusta.

- Por favor, Enzo. Eres mi marido. Eres lo único que me importa. Si no existiera tu colosal y maravillosa polla seguiría queriéndote a rabiar.

- Enzo il castrati. Interesante.

- ¿Adonde quieres ir a parar? Dime lo que sea.

- ¿Por qué no sales más? Ya sabes, con tus amigos. No deberías descuidarlos. Sal a tomarte una copa esta noche. Despéjate.

- ¿A qué viene eso?

- No viene a nada. Quiero que empieces a encontrar tu camino sin mi.

- No seas gilipollas. Solo conozco un camino y es el de tu curación.

- ¿Y si no me curo?

Enzo clavó sus ojos en él. Expresaban tantas cosas que Tarek apenas podía sostenerle la mirada. Sintió un nudo en el estómago justo entonces. No sabía hasta qué punto eran sombríos los pensamientos de su marido. Enzo no encontraba el momento de decirle que suspendería toda su medicación.

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MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora