FIGHT FROM THE INSIDE

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Al fin de semana siguiente, puntual como siempre acudió Tarek obediente al aeropuerto para coger su vuelo Lufthansa de primera clase rumbo a Munich. Daba igual las veces que se hubieran visto, siempre sentía el mismo hormigueo en la punta del estomago al salir del avión.

Enseguida vió el rostro sonriente de Taron esperándole en la sala de llegadas. Le dio un abrazo y Tarek buscó inquieto en vano la presencia de Enzo. Empezó a sentir desazón. Ni rastro de él.

- ¿Qué pasa ahora? ¿Otro compromiso ineludible?

- No, nos espera en casa. Tiene muchas ganas de verte.

Lo cierto es que Taron sabía los planes de Enzo pero no estaba dispuesto a llevarse él el rapapolvo. Cuando llegaron al apartamento, Enzo con su efusividad habitual le rodeó con sus brazos besuqueándole como un loco. Tarek esta vez se dejo querer como un gatito mimoso pero notó el aire electrificado.

- Mi amor, ahora me tengo que ir –anunció Enzo sin más poniéndose su cazadora de cuero marrón.

- ¿Adonde? –los grandes ojos de Tarek se iban a salir de sus órbitas.

- He quedado con Lars. Pero no te preocupes, no creo que tardemos. Te dejo en buenas manos.

- ¿En serio me estas plantando? ¿Hoy precisamente el día que llego desde Londres? Has tenido toda la puta semana para verte con él.

- ¿Me vas a montar una escenita de celos?

- No creo que celos sea la palabra. Más bien estoy hasta los cojones de que me faltes así al respeto.

- ¿Pues sabes qué? Me importa una mierda lo que pienses. Tengo planes. Esta noche nos vemos.

- Que te jodan.

Enzo salió sin mirar atrás como alma que lleva el diablo en busca de Lars. ¿No podía haber quedado otro día? Imposible. Tenía que humillar una vez más a Tarek. Sentía la imperiosa necesidad de hacerlo.

Acabaron en el hotel Nhow. Un hotel de lujo con vistas a los tejados puntiagudos de Munich. Se tuvieron que conformar con una de las habitaciones superiores. La de 36 metros cuadrados. Su diseño era vanguardiasta y en muchos casos excesivo. A Enzo le encantaba y a Lars le horrorizó. Lo notó en cuanto pasaron por la apuerta acristalada junto a la N minúscula en color rosa característica.

- ¿Qué es esto? Venga, vámonos.

- Cállate.

Lars observaba todo con atención recelosa mientras se registraron en recepción. Enzo conocía bien la habitación superior donde se iban a quedar. La enorme cama era rosa y buena parte del mobiliario. Justo enfrente de la cama había una mampara rectangular, de modo que, de un salto pasabas de la cama a la posibilidad de una ducha. El suelo enmoquetado tenía dibujos psicodélicos que te hacían marearte y las cortinas igual.

- ¿Qué te parece? –consulto Enzo divertido ante su expresión.

- Es impresionantemente feo. ¿Y por esto se pagan fortunas? Qué pena de raza humana.

- Vamos a poner música. ¿Bailamos?

- Claro que no. Yo aquí no puedo follarte.

Su expresión hastiada le disparó carcajadas incontrolables. Antes de salir se había acicalado bien la nariz y sus pupilas dilatadas así lo demostraban. Buscó la boca de Lars pero le hizo la cobra y se separó brevemente, sin entender nada.

- ¿Con quien estuviste en este hotel?

Lo cierto es que había estado solo pero decidió aventurarse a un terreno distinto. No sabría cómo saldría de él. No había dejado plantado al pobre Tarek para únicamente pasar otra noche con Lars. Quería emociones fuertes que le abrasaran por dentro y le redimieran de ser tan mala persona con su pobre chico decepcionado.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora