ALWAYS MAKE YOU BLEED

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Enzo se deslizó en el elegante sofá de cuero negro del doctor Deacon y esperó como siempre con inquietud su dictamen.

- Dios mío, ¿pero con qué clase de gente te relacionas tú? –le dijo John haciendo mención al terrible incidente con Will.

Enzo se echó a reír socarrón. Había pasado el tiempo suficiente para que Will fuera una nube de tormenta ya barrida del mapa. Dave, su abogado, había conseguido que le cayeran cuatro años de prisión. Dos años por cada una de las armas empleadas. La porra con Enzo y el cuchillo con Tarek. La sentencia le había causado una pena muy grande, después de todo habían sido muchos años de amistad a pesar de que hubiera enloquecido seriamente. Pero Enzo no solía permitirse echar la vista al pasado durante mucho tiempo. Solo existía el presente para él.

- Y eso que Montreux es el sitio más aburrido del universo.

- Tengo entendido que fue Tarek quien te salvó la vida.

Enzo asintió plegando los labios sobre sus dientes y quitándose una mota inexistente de la pernera del pantalón.

Enzo asintió plegando los labios sobre sus dientes y quitándose una mota inexistente de la pernera del pantalón

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- No se puede decir que vayas por la vida sin suerte. Los resultados del último TAC son muy positivos. Tu cabeza está estupendamente sin rastro de ninguna lesión.

- Mi cabeza nunca ha estado bien, doctor –hizo una mueca arrugando la nariz, divertido.

- El hombro de Tarek también tiene muy buen aspecto. Tiene bonita hasta la cicatriz ¿no?

- Bueno, ¿cambiamos de tema? No quiero recordar eso ahora.

John ojeó sus papeles con calma mientras le echaba vistazos fugaces de soslayo.

- ¿Todo va bien entre vosotros?

- ¿Por qué lo preguntas?

- Bueno, es la segunda vez consecutiva que venís por separado a la revisión.

- ¿Por eso crees que nos pasa algo?

- Por eso y porque la prensa es lo que no para de decir.

- No hagas ni caso. La prensa en general me odia, ya lo sabes. Solo les alimenta mi infelicidad. Pero que les jodan, no puedo decirte otra cosa.

- Está bien. Ya no sigo con el tema.

- Gracias. Al final engordé los cinco kilos que perdí en el rodaje ¿ves, hombre de poca fe?

- Espero que nos tengas en cuenta un poco a Taron y a mí por la dieta que obró el milagro.

- Nunca pensé que la mantequilla de cacahuete fuera tan eficaz. Eso sí, no la volveré a probar en mi vida.

- ¿Has vuelto a fumar?

- Uno o dos cigarros al día. A veces no fumo ni uno solo. ¿Qué te parece?

- Que deberías dejarlo de una vez. Ni siquiera tienes una adicción al tabaco, Enzo. Lo haces por tener algo en la mano y porque te encanta ver tus estilizados dedos con el cigarro humeante.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora