MY BABY LEFT ME FOR SOMEBODY NEW

53 0 0
                                        


Tarek y Adam tenían los días contados. A pesar de que estuvieron juntos más o menos un mes después de todo lo acontecido, era evidente que no tenían mucho futuro juntos.

Adam planteaba ya cuestiones que cualquiera creía razonables llegados unos meses de relación. Eran dos personas adultas que apenas se veían. Tarek se negaba empecinadamente a encerrar a sus gatos para que él pudiera entrar a sus anchas a su casa. Eso les llevaba a muchas peleas porque Adam era dolorosamente consciente de que amaba más a sus gatos que a él. Los síntomas evidentes de que su interés por mucho que lo intentara decrecía con los días, hicieron al pobre ex jardinero darse por vencido.

- ¿Es que te vas a ir en mitad de la cena? Siéntate ahora mismo. ¿Adonde crees que vas?

Tarek lo reflexionó en cuanto acabó de hablar. ¿Cómo podía hablarle así? El no trataba de ese modo a la gente. ¿Qué le estaba pasando?

- No me hables de esa manera. No soy ningún niño.

- Llevas machacándome con que te saque a cenar una noche a un sitio caro y ahora que estamos aquí, te largas.

- Lo de sitio caro lo decía de coña. No me importaría cenar contigo en un McDonalds.

- Pero estamos en un sitio caro ¿de acuerdo? Compórtate.

- No quiero discutir contigo aquí.

- No nos van a cobrar un extra por discutir en la mesa. ¿Ves a esos dos? También estan poniéndose a parir –indicó con un ademán de la cara a la pareja que tenían a su derecha increpándose-. No has tocado tu lenguado de Dover. Tiene buena pinta, ¿te lo han churruscado bien?

- Te importa una mierda que acabe con esta relación aquí y ahora ¿no?

- Prueba un trocito de mi rodaballo, toma. La crema velouté está espectacular.

Tarek le pinchó un trocito bien mojado en salsa y lo extendió a su boca pero Adam negó con la mano.

- Tú te lo pierdes. Hmmmm, espectacular -cerró los ojos ensoñadoramente mientras paladeaba el bocado.

- Si esta noche no acabamos pernoctando en tu casa lo dejamos.

- ¿Qué dejamos? –le preguntó Tarek levantando la vista del plato, masticando con fruición.

- Joder, nuestra relación. ¿De qué estamos hablando?

- Ah, me estás dando un ultimátum.

- No me dejas otra elección. Tú quieres que sigamos así siempre. Que nos lleve la inercia, que nunca haya un compromiso firme.

- Mi independencia es todo para mí. Lo hemos hablado un millón de veces.

- ¿Un millón de veces tú y yo? Apenas nos conocemos, Tarek. Y lo peor es que no tienes ningún interés en conocerme –dijo poniéndose en pie y revolviendo en su cartera.

- ¿Te vas?

- Ahí te dejo mi parte, está incluida la propina.

Tarek miró tristemente las libras sobre la mesa. Era un símbolo muy claro de lo que había sido su corta relación. Todo muy aséptico. Tú tu parte y yo la mía. Tú tu casa y yo la mía. Se pareció siempre mucho más a una educada relación entre socios de una empresa que a una pareja enamorada.

No quiso volver a llamarle aunque estuvo a punto en un par de ocasiones de marcar su número. Hubiera seguido indefinidamente con esa relación. El carácter de Adam, flexible y acomodaticio lo hubiera favorecido. Adam no cuestionaba, no le ponía en el límite. No le obligaba a tomar una posición concreta. Ese sorprendente giro de los acontecimientos cuando le exigió mucho más, le cogió totalmente desprevenido.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora