ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Roger Taylor, el veterinario de Enzo y gran amigo, se casaba el 15 de enero en el castillo de Lochinch, al suroeste de Escocia.
Era la tercera boda de Roger. Enzo le conocía desde la universidad y le consideraba una de las personas más divertidas de la tierra. Siempre habían tenido gustos muy divergentes pero se entendieron siempre fenomenal. A pesar de sus diferentes orientaciones sexuales habían compartido hasta novias en sus tiernos años de adolescencia salvaje.
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Roger había dejado embarazada a su primera novia cuando cursaba sus estudios de veterinaria y se tuvieron que casar con 21 años. Aquello fue un desastre que duró apenas el embarazo de ella. 6 años después se casó con una gran ejecutiva de una empresa de conservas diez años mayor que él. El matrimonio esta vez duró dos años escasos. A la tercera va la vencida, pensaba Enzo viéndole acaramelado con su flamante esposa, esta vez menor que él cinco años. Juliette era escocesa de origen, de ahí el emplazamiento de la boda, y trabajaba en la recepción de la clínica veterinaria. Ahí se habían conocido y surgido el flechazo, entre gatos, perros, conejos y demás fauna.
Roger era el epítome de lo que a las chicas les atraía. Rubio como un danés y ojos redondos azul acero. Siempre tuvo un éxito salvaje con las mujeres. Enzo y él compartieron piso antes de que conociera a Pauline y se mudara con ella. Cuando ambos salían juntos en aquellos años juveniles eran dos imanes irresistibles. Uno tan moreno, otro tan rubio. Ojos azules, ojos castaños. Muy opuestos pero hermosos como ángeles.
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- ¿No es el hombre más guapo del universo? –la pregunto Enzo a Juliette tras darla un gran abrazo.
Roger se paseaba jubiloso entre los invitados repartiendo besos y abrazos.
- Espero que conviertas a mi Rog por fin en un hombre respetable, Julie –continuó-. Dadnos enseguida rubicondos bebés. Me pido ser padrino del primero.
- ¿Qué hablas de bebés? –se acercó Roger abrazando a su flamante esposa con el rostro radiante.
- Oh, cariño. Esa pajarita –Enzo se la colocó chasqueando la lengua, meticuloso y teatral-. Así mucho mejor.
