THE MIRACLE

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Pauline supo de la existencia de Leoni a través de la prensa. En la prensa amarilla británica aparecieron varias fotos de Enzo con aquella belleza alemana de rostro angelical, cogidos de la mano y en actitud cómplice. Leoni era una completa desconocida fuera de Centroeuropa. Al mirar esas fotos tuvo un ataque de celos tan grande que no se lo pensó dos veces y cogió un avión para Munich a pesar de su avanzado estado de gestación. Durante todo el camino no hizo sino preguntarse, ¿era capaz Enzo de tener una relación con una mujer? Podía aceptar que estuviera con hombres pero nunca podría soportar verle con otra mujer.

- Mi amor, ¿qué haces aquí? No te esperaba.

Ya no la levantaba en brazos juguetonamente como cuando se reencontraban después de mucho tiempo. Ahora estaba gloriosamente embarazada de casi 9 meses y el saludo era un beso en su redonda panza.

- Quería hablar contigo de varias cosas.

- Ven, siéntate. Duncan, tráenos algo fresco. ¿Un té helado, cariño?

- No, gracias. Un vaso de agua si eres tan amable, Duncan.

- Tú dirás.

- ¿Es cierto lo que me han preguntado los periodistas hoy al salir de casa?

- ¿Qué te han preguntado?

- Si te vas a casar con Leoni Gugginsberg.

- Oh, Dios mío –se llevó una mano teatralmente a su boca abierta--. ¿Qué coño...?

- Exacto. ¿Quién coño es esa?

- Es una amiga.

- ¿Ah, si? ¿De qué género esta vez? ¿De las que no tienen nada en cuenta tu fama y tu dinero?

- No, ella es bastante famosa por aquí. No necesita mi fama ni mi dinero.

- Disiento en ambas cosas. Gracias, Duncan –hizo una pausa para beberse un buen trago. Luego continuó ante la mirada siempre atenta de Enzo-. Esta mañana no sabía quién era ella pero Internet es una enorme fuente de información.

- Oh, venga, Pauline. ¿En serio?

- Sé que hace unos años que no vende lo que vendía ¿vale? Tu fama le está viniendo de perlas. Y en cuanto a tu dinero, dime que a estas alturas no la has hecho ningún regalo todavía.

- Ya sabes que humanamente no podría. Claro que la he hecho regalos. ¿Qué tiene de malo?

- Ya lo entiendo todo, te has enamorado de ella. Enzo, pensaba que eras gay. Es lo que acabó con nuestra relación y ahora...

- Claro que soy gay, ya sabes que soy tan marica como un narciso, corazón.

- ¿Ah, si? ¿Te has acostado con ella?

- Pues claro que no.

- No me mientas, Enzo. Te conozco.

- ¿Por qué te cuesta tanto creerme? Te soy absoluta y completamente fiel, mi amor. Nunca podría follarme a una mujer. Seria como si profanara todo lo que tuvimos que jamás volveré a repetir con ninguna.

- Hay algo que no acabo de tragarme. Ha sido al veros juntos. Me ha dado un pálpito. La tratas en un plano de igualdad, como hacías conmigo cuando éramos pareja.

- No seas ridícula, querida. Nadie se compara a ti. Ni siquiera el hombre de mi vida que acabaré encontrando se podrá parecer a ti.

- Los periódicos dicen que te vas a casar con ella.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora