MR BAD GUY

UNDER PRESSURE

- Enzo, ¿dónde te has metido? Ha acabado la comida y la sobremesa.

Enzo cogió su móvil después de mucho rato. Estaba muy aturdido. Se había alejado durante demasiado tiempo.

- Estoy bien, Taron. Ven a por mí.

- ¿Dónde estás?

- Estoy enfrente de la agencia de talentos TGMD –informó mirando al edificio a su izquierda.

- ¿Y qué haces ahí? ¿Dejar tu currículum?

Enzo no le rió la gracia y Taron se alarmó.

- ¿Qué ha ocurrido?

- Nada, me he puesto a correr y he llegado aquí. ¿Me vienes a buscar o no?

Taron no le hizo preguntas. A estas alturas su jefe y amigo no iba a empezar a practicar el jogging, eso seguro. Si Enzo quería contarle algo se lo contaría. Pero a la vista estaba que algo grave le había pasado. Que la última vez que le vio fuera acompañado de Chris no le tranquilizó.

Antes de reanudar el rodaje de las escenas de batallas en Rumanía tendría una semana para recargar las pilas. Enzo siguió melancólico todo el viaje. Parco en palabras y en ciertos momentos irritable. Lo único en lo que encontró consuelo fue en Sweet. Pidió a la azafata que le dejara sacar al gato del trasportín que tenía a los pies pero esta le dijo que estaba prohibido. Lo máximo que podía hacer era intentar darle algo de agua. Enzo no estaba acostumbrado a que le prohibieran taxativamente las cosas y fijó con desprecio sus impresionantes ojos sin pestañear ante su poca flexibilidad.

- Usted no tiene gatos ¿verdad? –no se resistió a decirla.

- El gato esta estupendamente. Se está portando muy bien.

- Necesita que le acaricie. ¿Voy a estar más de 11 horas sin tocarle?

La azafata le miró extrañada pero al final se encogió de hombros sin darle una solución. Sabía lo que pensaba de él. Otro famoso excéntrico.

- Son las normas, señor –zanjó dándose media vuelta.

- Zorra –masculló para el cuello de su camiseta.

- Enzo, contrólate. Te ha oído –le amonestó Taron propinándole un codazo-. Va a decir que eres uno de esos gays misóginos.

Como Tarek ya tenía experiencia al haberse llevado a Greta en avión, dio a Taron estrictas consignas de cómo actuar con Sweet. Era aconsejable en un vuelo tan largo llevarle en trasportín unas horas y unos días antes de coger el vuelo, ir acostumbrando al gato a entrar en él.

- Asegúrate de que Enzo no atiborra a comida a Sweet, Taron. Ocúpate tú de todo. Seguro que está más nervioso él que el gato y se lo transmite.

- Cómo le conoces. Está insoportable.

- ¿Qué le pasa? ¿Qué ocurre?

- Nada. Lo normal, supongo. Está agotado, creo que solo necesita una cura de sueño.

Al final Sweet, para ser su primer viaje en avión y encima transoceánico, se portó de maravilla. Tan solo lanzó algunos maullidos lastimeros cuando despegaron y al aterrizar.

- Oh, cariño. Nunca jamás te voy a hacer volver a pasar por una cosa así. Te lo prometo –dijo sacando por fin al gato de su trasportín y achuchándolo.

Tarek, que fue a recogerle al aeropuerto junto a Carl vio enseguida que su marido no estaba bien. A simple vista parecía agotamiento pero también había tristeza en sus ojos y bolsas bajo ellos.