I'M JUST A PEACE-LOVING GUY

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Con el compromiso de hacerse una nueva revisión en tres meses, Enzo volvió a la vorágine de reuniones con su agente, con productores, directores, guionistas. El proyecto de Sean Penn se había quedado en punto muerto y no parecía que fuera a revivir en un futuro cercano. Los problemas de financiación de una película a veces tumbaban un proyecto lleno de ilusiones. Enzo se había hecho con la copia del guión y había vuelto a caer enamorado de la historia y del que sería su personaje. Un implacable mafioso en la época de la Ley Seca. Se había grabado frente al espejo diciendo sus frases y se las había enviado al mísmisimo señor Penn. Este le había vuelto a asegurar que si el proyecto resucitaba el papel iba a ser suyo, no le hacía falta ver más pruebas.

El reparto en la película de coprotagonista con Nicolas Cage había quedado cerrado y estaban con la preproducción. Se encontraban con las lecturas de guión y Enzo había quedado fuera. El tiempo se les había echado encima. El manager de Cage y Pauline se llevaban muy bien y habían intentado por todos los medios mantener a Enzo en el proyecto pero al final no pudo ser. Había mucha química entre ambos actores, eran bastante amigos y estaban deseando trabajar juntos pero fue imposible cuadrar las fechas disponibles.

Milos Forman, a quien Enzo adoraba, sobre todo por Alguien volo sobre el nido del cuco y Amadeus, que era una de sus películas favoritas, acababa de ingresar inesperadamente en el hospital. Otro proyecto pausado.

Enzo estaba muerto de ganas por hacer todos ellos y de repente se quedaba sin nada. Así era el mundo del cine. Pero para eso tenía un equipo trabajando para él y a quienes pagaba mucho dinero y sobre todo Pauline, que trascendía su labor de mánager. Llevaba muchos años trabajando en el medio. Conocía a la perfección los ritmos cambiantes de este mundillo. La impresionante cantidad de variables que conformaban que una película se pusiera en marcha o no.

Sabiendo estas cosas, aquellas seis semanas había estado trabajando a contrarreloj para conseguir a Enzo algo a lo que pudiera hincar sus conejiles dientes. La decepción por no poder participar en ninguno de esos proyectos le puso de muy mal humor y previendo esto, era muy útil haber sido su pareja durante años, Pauline trabajaba con antelación a que las cosas no salieran bien. Era una chica previsora y lista. Por eso y por muchas cosas más contaba con toda la confianza de Enzo.

Pero estaba decepcionado como un niño sin regalos de Navidad, así que su trabajo se redoblaba. Debía venderle esos proyectos que había conseguido para él y de los que no tenía ni idea. Hacérselos amar. No era tarea fácil.

- Echalos un vistazo –dijo con cautela Pauline colocando cuatro guiones sobre la mesa del salón.

Enzo dejó su taza de té sobre el platillo y los miró uno a uno, luego miró a Pauline que procedió a beberse también el té simulando tranquilidad. Enzo infló las mejillas, malhumorado.

- No hables antes de leerlos –le advirtió seriamente Pauline.

Era muy gracioso. A veces Pauline le trataba como si fuera su díscolo hijo adolescente. Y muchas veces lo era.

- Oh, Dios –puso los ojos en blanco-. ¿De qué va esto? Son esos papeles en películas casposas que nadie quiere ¿verdad? Si no me inspira ninguna de las palabras que lea, es inútil.

- Puede que te inspiren.

- Dime al menos que directores están detrás de cada uno –volvió a coger la delicada taza de té y a dar sorbitos mirándola desafiante por encima de ella.

-        Dime al menos que directores están detrás de cada uno –volvió a coger la delicada taza de té y a dar sorbitos mirándola desafiante por encima de ella

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MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora