WHO NEEDS YOU

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Al entrar como hacía con frecuencia al edificio de Leoni se tropezó con Lars en la puerta. Su presencia era poderosa, la intensidad de su mirada azul casi peligrosa. Descruzó los brazos y le cogió una mano que llevó a sus labios. Enzo la apartó confundido como si le hubiera escupido en ella.

- ¿Qué estas haciendo?

Miró a todos lados. La calle estaba concurrida como todos los días a estas horas.

- Mi saludo habitual sería muy distinto –le comentó arrugando la nariz divertido-. Pero hay que mimetizarse con el paisaje.

- No me puedo creer que nos hayamos encontrado después de todo este tiempo.

- ¿Estás emocionado?

- Claro que no.

- ¿Estás excitado?

- Oh, Lars, ¿por qué no me dejas en paz? Yo lo estoy intentando. Tienes novio...

- Déjale a un lado.

- Yo tengo novio –le dijo y no supo por que lo dijo pensando en Tarek.

Su rostro se petrificó ahora. Dio dos pasos a él con la expresión totalmente cambiada.

- ¿En serio?

- ¿Por qué te extraña tanto?

Se notaba que no sabía qué hacer con la información que le acababa de dar. Lars se mostró natural e impasible pero no le gustó esa noticia. Ahora eso sí, el podía tener un harén.

- Entonces podríamos quedar los cuatro.

- No puede ser. Está en Londres.

- Bueno, vendrá a visitarte ¿no?

- Déjame pasar.

- Tú ya no aporreas mi puerta y yo no consigo tu dirección.

- Es mucho mejor así.

- ¿Es que no sueñas conmigo?

- Lars, aprovechemos que tenemos pareja.

- Quiero follarte una vez más. Y cuando acabe de hacerlo empezar de nuevo –se acercó con esos ojos heladores.

- Deja de decir esas cosas –le apartó con firmeza tras clavar su mirada unos segundos en él.

- ¿Se te está poniendo dura?

Su pregunta era impertinente, poco oportuna pero es que conocía el lenguaje de su cuerpo muy bien. Había pocas maneras de disfrazar una polla como la suya además. Así que afirmó sin dudarlo.

- Buen chico. Esta noche nos vemos a las diez en el ascensor de mi edificio.

- ¿Cómo? –le cogió por sorpresa su invitación.

- Si, donde nos conocimos.

- Sé de qué ascensor me hablas, ya.

- No faltes. Ven cómodo y práctico. ¿Me explico?

Echó un vistazo desaprobador al atuendo que llevaba. Demasiada ropa invernal pesada y engorrosa de quitar, sin duda. Le atrajo hacia él fuertemente agarrándole por las solapas del abrigo. Ahogó una protesta ante esa brusquedad repentina que en el fondo ansiaba.

- ¿Quieres que sea malo contigo?

Nadie podía preguntar algo así como Lars. Hacía que cada palabra adquiriera un sabor especial, era como si cada palabra estuviera envuelta en papel de regalo y se la ofreciera para que pudiera desenvolverla. Se limitó a mirarle muy quieto pero por supuesto fascinado. En cierto modo aún le atemorizaba.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora