I WANT TO BREAK FREE

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Se despertó hecho un nudo de dolor, atado. Miró a todos lados desorientado. Lars ya se había levantado. Olió a té recién hecho y tostadas. Le llamó a gritos desesperado. Por suerte acudió enseguida.

- Tengo que ir al baño.

Le desató fríamente sin dirigirle una palabra. Solo miradas furtivas a las rozaduras de las ligaduras. El espejo del baño le devolvió una imagen terrorífica de si mismo. Sus rasgos estaban desencajados por el sufrimiento. Pidió permiso con sumo desprecio para darse una ducha. Permiso concedido.

Tras ella pareció revivir. Echaba de menos todos los potingues que solía echarse. Su cara estaba acartonada de tanto llorar. Mientras hacía un examen de si mismo Lars abrió la puerta impaciente. El hizo el examen por él con su mirada.

- Necesito que me dejes ir –se dirigió a él con tristeza cansada.

- Acabamos de empezar nuestra convivencia y ya quieres la separación.

- ¿No crees que te excediste con tu castigo de ayer?

- ¿Por qué intentaste escapar?

- Lars, porque soy un hombre libre con una vida. Aún no he respondido a ningún mensaje. Solo he hecho lo que tú quieres.

- Esa es la idea –resumió con su sonrisa encantadora.

- Los responderé en tu presencia. Pero deja que lo haga.

No le dio una respuesta. Siguió con la incertidumbre.

- ¿Y ahora qué?

- Te voy a volver a atar.

- No, por favor. Te lo suplico. Haré lo que me pidas. Te lo pido por favor.

Estalló en sollozos ahogados pero Lars no se conmovió. Sonrió mientras le ató y esta vez redobló su castigo amordazándole en vista de que estaba perdiendo los nervios bastante. Cogió las llaves y se fue.

Enzo pensaba que estallaría en una crisis nerviosa. Su estrés ya era insufrible. De repente la puerta se abrió y Lars apareció ante él de dos zancadas. Arrancó su mordaza y Enzo ni habló de la sorpresa. Sus lágrimas se quedaron congeladas contra sus pómulos hundidos.

- Me sacas de mis casillas –confesó abalanzándose a su boca. Su lengua entró y le llenó el paladar. Sabía a mermelada de frambuesa. Tiró con sus dientes de sus labios mientras Enzo gemía llorando más-. Ayer no te follé en todo el día y hoy no quiero hacer otra cosa.

- Desátame... por favor.

Su voz era muy suave entre las lágrimas. Lars lo hizo sin más. Tenía las muñecas desolladas y los tobillos también. Lars los miró sin expresión. Sus marcas no era lo que más le importaba ahora.

- ¿Cómo pudiste comportarte así todo el día conmigo? ¿Cómo tienes derecho alguno a humillarme así? –le increpó cruzándole la cara a bofetones.

- ¡Quieto! –vociferó agarrándole con intención las muñecas lesionadas.

Su gesto de dolor era su premio una vez más. Sus lágrimas también.

- ¿Cómo te pudiste follar a esa tía delante de mí estando como estaba? Eres un psicópata.

Lars se rió despreocupado. Enzo andaba en círculos por la habitación como un lunático mientras él le acechaba sonriente. El sonreía y Enzo lloraba.

- ¿Piensas que no veía como disfrutaste con nuestro polvo? Tú querías algo parecido ¿verdad? Querías que te follara a ti luego. ¿Quieres que mi polla te enseñe a disfrutar? Dime lo que quieres, zorrita.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora