MR BAD GUY

MY BABY DOES ME

Tarek había llegado a Enzo en un momento bastante crítico de su vida. Sin duda tenía una madurez de la que antes carecía pero también era cierto que estaba pasando por una de las épocas más peligrosas. Munich había supuesto una vía de escape de Londres y su falta de vida privada allí. Y con esa vía de escape se habían añadido bacanales de drogas, alcohol y sexo. La relación con Lars le estaba pasando factura a su estabilidad emocional y Tarek contribuyó mucho en intentar dar el paso de desengancharse de él. Pero seguía sin poder prescindir de él.

- ¿Por qué le dijiste a Tarek que tenía una relación con Lars?

Enzo estaba muy enfadado con Leoni por haberle metido en aquel embolado. Su intención no era que supiera tan pronto que le estaba siendo infiel. Prefería que su relación fluyera libremente, con todas las interferencias posibles. De momento estaba condenada a ser una relación de fin de semana y no podía desairar al resto de sus divertimentos en Munich.

- ¿Es que no es verdad?

- ¿Te estas poniendo cínica, cariño? Solo sé que Tarek ya esta al tanto y no me hace ninguna gracia que sea por tu boca.

- Enzo, le pagas un billete para pasar el fin de semana contigo y no le ves. No entiendo.

- ¿Sabes qué? Tú no tienes que entender nada. Y sí le he visto y hemos sido muy felices juntos. A pesar de que tú has intentado que no sea así.

- ¿Qué quieres decir?

- Que tienes celos de Tarek y de Lars. Y de cuanto hombre pone sus ojos en mí.

- No es verdad. Yo ya superé todo aquello. Me enamoré de ti, ya lo sabes. Pero hace mucho que te considero un buen amigo y para mí es suficiente.

- Es que no me podía creer que Tarek lo supiera por ti.

- Yo no le dije que no habías ido al aeropuerto porque estuvieras con él ¿vale? Solo le dije que tenías una relación. Me daba pena su pequeña confusión.

- ¿Crees que el no sumó dos más dos y llegó a la conclusión de que podía estar con él? Joder, Leoni.

- Lo siento. ¿Qué quieres que haga?

- Que seas más discreta, coño. Tarek me interesa ¿estamos? No quiero perderle por nada de este mundo.

- ¿Y piensas simultanearlos a los dos?

- Mira, preciosidad. No pienso hablar contigo de mis asuntos sentimentales a partir de ahora. Métete en tus cosas.

- Por favor, Enzo. Sabes que te quiero. Quiero que seas feliz.

- Pues deja de meterte en mi vida. Y deja de decir a los periodistas cosas, ya que estamos.

- ¿De qué hablas?

- De que tú y yo según la prensa alemana estábamos con un pie en el altar.

- Yo no tengo nada que ver con eso.

- ¿No? Tienes amigos en Suddeutsche Zeitung, donde salió la noticia.

- ¿Y qué? ¿Quién te está poniendo en contra de mí? Yo jamás vendería una exclusiva contando nuestra vida ni inventándome cosas. Te aprecio demasiado. Tienes que creerme.

- ¿No estabas encantada de que se escribiera que Enzo Efseryan se iba a casar con Leoni Guggisberg?

Leoni le miró con los ojos arrasados en llanto. Claro que había estado encantada de leer eso. Se había enamorado de él como una niña y explotó en lo posible aquel furor que causaban cada vez que aparecían en algún evento juntos. Era publicidad para ella y la falsa ilusión de poder llegar a conquistarlo. Si le había utilizado de algún modo no fue premeditado. La vorágine de los acontecimientos la sorprendió metida en aquellas historias y lo disfrutó.