ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
En una media hora estaba programada su conferencia y Enzo sintió de repente que no podía salir ante esa multitud de gente.
Enzo Efseryan, el carismático e intenso actor de cine al que comparaban algunos con Marlon Brando, otros con Pacino, otros con Day Lewis, se resguardaba en el backstage en la comodidad de su improvisado camerino. Pálido y con aspecto frágil iba de un lado a otro como si un ejército de pulgas le recorriera los pantalones. Lenguaraz y provocador, como odiaba tanto las entrevistas, cuando se había visto en la tesitura de asistir a algún programa de televisión con público, aprovechaba siempre para dar que hablar. Solía manifestar con la mayor de las naturalidades a sus amados seguidores mirándolos a la cara que le gustaría tener relaciones sexuales con todos ellos.
Bien, echándole un vistazo en aquellos momentos, efectivamente parecía que la noche anterior no hubiera hecho otra cosa. Con todos sus fans y con sus parientes cercanos y lejanos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Enzo había sufrido un cambio de humor repentino y nadie de los presentes se atrevía a decir nada en respuesta. Optaron por ignorarle confiando en que se le pasara. No se le estaba pasando.
Volvió a ponerse de pie, llevaba la friolera de medio minuto sentado, y empezó a gesticular con los brazos teatralmente, volviendo a expresarse.
- No me sale la voz -se quejaba angustiado llevándose la mano a la garganta.
- Por favor, Enzo. No eres Sabina Argento, nadie te va a exigir que les ofrezcas tu nota más alta -le aseguró Duncan con su voz siempre tranquilizadora ofreciéndole un té con limón para su repentina ronquera.
- No me estás entendiendo, Duncan. No es solo mi voz, es que no puedo salir ahí fuera. No soy capaz ni de regular la respiración. ¡Mi voz está jodida, yo estoy jodido!
- Si sigues chillando así no va a ayudar nada a tu voz.
- No puedo respirar –volvió a agarrarse la garganta con énfasis.
- ¿Me estás diciendo que estás teniendo un ataque de ansiedad?
- Yo qué se. Quiero irme de aquí, por favor. Sácame de este sitio, Duncan.
- ¿Qué síntomas tienes? ¿Es como cuando te quedaste encerrado en aquel ascensor?
- Me está costando mucho respirar. Esto es horrible, me va a dar un infarto.
- Tranquilízate, Enzo. Es solo pánico escénico. Es tan sencillo como eso.
- ¿Sencillo? ¿Qué tiene de sencillo estar hiperventilando?
- Si quieres llamo a un médico pero creo que lo que te ocurre está en tu cabeza. Deberías relajarte. No podemos cancelar esta conferencia.
- ¿Quién ha hablado de cancelar? Pueden hacerla Tom, Gary y Clive. Yo en realidad no pinto nada.
