ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Enzo les protegería siempre, eso es lo que se había prometido. Y resulta que estaba confesándoles su enfermedad solo porque su marido se lo había mandado.
Intentó por todos los medios asegurarles que estaba fuera de peligro pero notaba que no acababan de creerle.
No podía culparles. Hasta no hacía tanto tiempo Sida era sinónimo de muerte. Y sin duda él habría muerto si no hubiera sido por Pauline. Nunca se habría hecho las pruebas y la enfermedad se habría desarrollado sin freno ninguno si ella no habría tenido la necesidad de que donara su semen para su hijo.
- Hubiera sido un niño o niña muy guapo -comentó Darya.
Enzo la sonrió con dulzura llevándose su mano a los labios.
- Pauline siempre fue nuestro ángel de la guarda.
- ¿Estáis enfadados por no habéroslo contado antes?
- No, cariño. Nosotros solo queremos que tu seas feliz. Y lo eres ¿verdad?
Enzo afirmó tragando saliva. Tenía que confesarles que era seropositivo pero ya estaba bien de confesiones por un día. No iba a abrumarles con sus problemas matrimoniales y sus disyuntivas con el cáncer.
- ¿Tarek está bien? -le preguntó su padre, siempre incisivo e intuitivo.
- Si, esta con sus padres. También tiene cosas que decirles.
- Oh, ¿el también...?
- Si, desgraciadamente ahí la culpa la tengo toda yo. Yo le infecté.
- Ay, cariño... Dios mío. ¿Por qué habéis estado todo el tiempo cargando con esa losa tan grande?
- Fue una decisión que tomé yo para no preocuparos y Tarek decidió hacer lo mismo con sus padres.
- ¿El está bien?
- Si, está muy bien. Nos sometemos a revisiones muy frecuentes. No hay nada de lo que preocuparse ¿de acuerdo? Hubiera detestado que os hubierais enterado por la prensa.
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- Duncan, Tarek me va a dar una patada en el culo, ¿a que sí?
- ¿De qué hablas?
- Dame un cigarrillo. Me cuesta respirar.
Duncan le miró muerto de la risa y Enzo clavó sus expresivos ojos en él como dos puñales.
- No sé qué te hace tanta gracia. Trae acá.
- ¿Quieres un cigarrillo para respirar mejor? ¿Seguro?
- Necesito fumar.
- ¿Crees que ayudará a tus pulmones? -siguió socarrón cogiéndole un cigarro de la cajetilla y alargándoselo junto al mechero.
- Oh, calla ya. Necesito hacer algo. En el plató no dejan fumar.
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