ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
Las primeras citas entre ellos eran siempre a tres bandas, con la directora siempre ahí. Incluso en alguna de esas reuniones formales estaba presente la escritora. Chris y Enzo empezaron desde un comienzo a enarbolar como bandera propia una naturalidad que excluía al resto de posibles sentimientos. Kate quería pasar tiempo con ellos, el descubrimiento de dos personalidades tan marcadas y tan libres de artificios la regocijaba. Por el contrario la relación con la escritora había empezado con mal pie. Vino con quejas, consideraba una falta de respeto el que no se hubiera siquiera planteado llamarla para las audiciones. Y para remate no le gustaba Enzo. Su Niall distaba mucho de ese rostro de pómulos marcados con esos ojos oscuros tan grandes. Y además esos enormes incisivos... En fin, la discusión entre escritora y directora, la lucha cine-literatura empezaba a desatarse y se fueron a una sala aparte. Enzo y Chris se miraron con curiosidad y con gestos de incertidumbre. Quizás era la primera vez que estaban a solas los dos.
Chris Gallagher llegó a su vida en un momento en que Enzo estaba intentando domesticarse. A pesar de algún escarceo puntual con algún chico, seguía considerando a Pauline su pareja en el aspecto bíblico del término y se estaba planteando seriamente dejar de marear la perdiz y sentar la cabeza con ella.
Chris tenía su misma edad pero por su forma de vestir y hablar parecía un lord inglés. Era alto, esbelto, elegante. El típico alumno de una prestigiosa y elitista universidad británica. Reservado, tímido, prudente. Era un actor de teatro, intenso y reconcentrado.
Chris a pesar de tener su misma edad parecía al hablar que le aventajaba en experiencia y eso le excitó mucho.
Cuando se despidieron Chris le invitó a su obra de teatro en el New London. Para entonces ya estaba encaprichado de él como una jovencita. Pero estaba aterrado de volver a quedarse a solas con él. Lo deseaba ardientemente y al mismo tiempo no podía soportar pensarlo.
Acudió junto a Pauline a la obra. Con ella todo era más fácil. Cuando vio aparecer a Chris en el escenario su corazón empezó a latir desbocado. Confiaba en que ella no se diera cuenta.
Chris interpretaba a un marido desolado por la muerte en accidente de su mujer. Había una serie de saltos en el tiempo con los innumerables escenarios en caso de que el destino no los hubiera querido unidos.
Era una obra moderna, ágil, divertida, dramática. Pero Enzo no vio más que una sola cosa. Ese hermoso ejemplar de macho británico. Seguro que tenía un talento extraordinario parejo al de Marlon Brando pero solo podía mirarle el trasero y esa planta magnífica que tenía. Era tan guapo...
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A Pauline le gustaba mucho más el teatro que a él y sabía lo que le esperaba de otras veces que habían ido juntos. Enzo era demasiado impaciente y se cansaba enseguida de las cosas. Tras un cuarto de hora de obra se solía levantar. Pero esta vez no lo hizo. Estaba demasiado hechizado por ese actor. Total que Enzo estuvo más pendiente de los movimientos de su adorado actor y Pauline de la reacción inusual de su ex novio. Era improbable que alguno de los dos supiera de qué trataba la obra de teatro.