MR BAD GUY

ANOTHER ONE BITES THE DUST

Enzo estuvo todo el tiempo de ingreso de Pauline junto a ella. Regresó tras una semana al rodaje. La peripecia no le salió gratis. Tuvo que pagar una cantidad sustanciosa en concepto de indemnización por los retrasos sufridos. El director incluso amenazó con despedirle aunque luego recapacitó gracias al asesoramiento de su entorno. A aquellas alturas de la producción estaba claro que Enzo era la persona adecuada para interpretar a Pierre Ninot, el músico atormentado. 

Su progreso durante el musical había sido soberbio. Sabía cantar como un ruiseñor y era un pianista notable, se habían ahorrado con él profesor de canto y de piano. No había muchos actores con las mismas características. Enzo no solo tuvo que soportar la actitud cada vez más déspota del eslovaco. Había dejado a Kevin en mitad de una de sus rabietas y no parecía encontrarse de mejor humor cuando regresó junto a él. Enzo, prendía fuego cuando se reencontró con él y con su potente libido le susurró al oído con su sexy voz que se olvidaran de sus enfados y follaran como salvajes. Kevin no podía resistirse a aquello.

- Voy a prepararme un té. ¿Quieres uno, corazón?

- No, no quiero un puto té. Hay que hablar antes.

- ¿Qué hablemos? Vaya, esa si es una novedad. Pero que la charla sea corta. Me muero por comerte esa polla otra vez.

- ¿Qué soy para ti?

- Oh, por todos los santos. No, no empieces con esa mierda.

- Solo soy tu semental.

- Qué tonterías dices, amor. No puedo quedarme embarazado. Por suerte... -le guiñó un ojo juguetón.

- Me dejaste con la palabra en la boca cuando te largaste. ¿Por qué no me permitiste ir contigo a Londres?

- No debería explicarte ciertas cosas, tontito. Somos Pauline y yo, nadie más. No hay nada personal contra ti.

- ¿Es que no soy tu novio?

Enzo abrió mucho los ojos invitándole a que se explicara porque no le entendía nada.

- Puede que hayas tenido infinidad de amantes con los que hacías lo que querías pero yo no soy uno de ellos. ¿Te enteras?

- ¿Qué? Eres tú el que haces lo que quieres conmigo. Te sepulto a regalos, eres el hombre más consentido y deseado del planeta Tierra, corazón mío.

Kevin se zafó de su abrazo dándole un empujón. Saltó de la cama empezando a vestirse mientras Enzo miraba con sonrisa bobalicona su respingón y blanquito culo escocés.

- Está claro que o no me entiendes o te niegas a entenderme.

- Oh Kevin, deja de sonar tan aburrido. Ven a la cama. Ahora.

- Vete a la mierda.

- Oh, por favor. No quiero discutir. Ven aquí de una vez.

- ¡Yo no significo nada para ti! Solo me quieres para el sexo.

- ¿Y qué hay de malo en eso, cretino?

- ¿Sabes que hay de malo? Que no te lo voy a consentir. No me vas a manipular a tu antojo.

- ¡Soy lo mejor que te ha pasado en la vida, gilipollas paleto de las Highlands!

- ¡Que no me insultes!

Kevin estaba enrojeciendo de ira cada vez más, Enzo conocía perfectamente las señales. Pero no le tenía ningún miedo.

- ¡Me lo pones muy fácil! ¡Nadie se quejaría de la vida que llevas conmigo. Vives como un puto príncipe!