JEALOUSY

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Durante unos instantes la fatiga les impidió hablar y se agolparon los chistecitos fáciles en sus gargantas secas. No podían articular palabra. Chris apretó la cara contra la almohada, exhausto.

- No te duermas –le exhortó Enzo con su voz suave contra el oído.

Le colocó boca arriba echando un vistazo a su cuerpo entero como si fuera la primera vez que lo veía. Chris cerró los ojos sin remedio con todos sus miembros relajados. Enzo avanzó con su boca perezosamente desde los tobillos subiendo por sus piernas hasta abrir la boca en torno a su sexo. Chris agarró su pelo entre las manos guiándole, sintiendo una falta de voluntad en la mente y el cuerpo. No era más que sensaciones mientras la lengua de Enzo cada vez más rápido le empezaba a enloquecer. Iba a desfallecer entre sus brazos.

- Déjate llevar... Dios, cabrón, qué bien sabes...

No podía hacer otra cosa que dejarse llevar por esa fuerza de la naturaleza. Crispó las manos contra las sábanas revueltas y perdió totalmente el control. Dos segundos después cerró los ojos sin voluntad.

Abrió los ojos lentamente y se tropezó su mirada dulce sobre el rostro. Acarició su mejilla en la que empezaba a despuntar la barba. Rozó varias veces con su uña la barbilla pensativo.

- Eres el dios del sexo. Pero me tengo que ir. Teri volverá para nuestro día libre –informó peinándole el pelo con los dedos.

- ¿Esto es una despedida? –casi lloriqueó teatral Enzo.

- Mucho me temo que sí –besó el mechón de pelo negro que tenía en la mano.

- Ni siquiera te he conseguido enamorar –dictaminó astuto para ver que decía.

- Eres el ser más bonito del universo. Siempre serás mi dios.

- No quiero que te cases con Ekaterina.

- ¿Y con otra sí?

- Si, con otra sí.

- Mi vida –dijo cogiendo su cara entre las manos y besando sus labios con adoración-. Tú no conoces a Teri. Es una mujer espléndida. Ningún hombre en su sano juicio la dejaría escapar.

- Y guapa. Mucho más que yo.

- Es muy guapa pero nadie se puede igualar a ti.

- Pero te casas con ella.

- Contigo no me podría casar. Moriría al poco de un infarto.

- ¿Tanto la quieres? Es una bruja.

- No digas eso. A ti no te gustaría que hablara así de Pauline ¿no? –le dijo envolviendo la sábana en torno a ambos. Sentía su corazón latiendo tranquilo contra su pecho.

- ¿A qué se dedica?

- Tiene una cadena de productos cosméticos.

- ¿Le va bien?

- Ahora mismo si. ¿Qué más te da?

- Solo preguntaba.

- Pues no preguntes.

- ¿Cuándo vas a hablarla de nosotros dos?

Chris sabía que iba a salir eso. En realidad estaba en deuda con él porque tuvo la valentía de contárselo a Pauline y romper con ella. Pero él no era tan valiente.

- No me presiones ¿vale?

Enzo iba a explotar de un momento a otro. La pataleta estaba casi asegurada y Chris no quería estar cerca.

MR BAD GUYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora