MR BAD GUY

BODY LANGUAGE

Pauline, que era también su manager además de su antigua amante y su mejor amiga, fue su confidente durante todo el rodaje. Había sido testigo de la relación que habían ido forjando, con su ojo crítico había dictaminado que el chico parecía buena persona aparte de un hombre muy sexy y con talento.

- Pauline, no sé. Cada vez que le veo me tiemblan las piernas.

Pauline se echó a reír abrazándole con ternura. Esa mujer tenía una luz interior divina para saber fehacientemente que la había dejado por él y sin embargo, sentir por su antiguo amante aquel amor que trascendía cualquier otro amor que se hubieran demostrado antes.

- Me alegro mucho de que te pasen esas cosas.

- Pues yo no. ¿Quién ha dicho que enamorarse es maravilloso? Yo no puedo vivir por más tiempo así. Acabare consumido por mi propio fuego...

- Espero que no porque te queda un contrato por cumplir.

- Oh, mi amor, ¿por qué no me tomas en serio? Le amo, creo que le amo.

- Por supuesto que te tomo en serio. No deberías ser tan dramático.

- Dame una alternativa entonces.

- Pues haz algo ¿no crees?

- Ya me declaré casi nada más conocerle y me rechazó. ¿Qué quieres que haga?

- No creo que te rechazara. Más bien le asustaste. El tiene novia ¿verdad?

- Si... Pero creo que está en la misma situación en la que yo me encontraba hace unos meses.

- ¿Estás seguro de que es gay y no bisexual? Recuerda lo que me dijiste a mí...

- Creo que tiene miedo a hacer daño a Ekaterina. Probablemente no tenga la misma suerte que tuve yo contigo y no quiera romper una amistad de muchos años.

- No se, Enzo. Quizá Chris este hecho un lío. Para mi es imposible que aún no haya caído rendido a tus encantos.

- Yo también opino igual, cariño. Me hace sufrir mucho esta situación. Su timidez y su resistencia me excitan tanto.

- Mi dulce y depravado amor –se rió Pauline besando sus maravillosos pómulos hundidos-. Debes volver a afilar tus armas de seducción, no has sido lo que se dice muy constante.

- ¿Sabes lo que ocurre? Nos hemos hecho tan amigos que no quiero echarlo a perder con mi estúpido romanticismo de mierda.

- Pues yo te conminaría a que lo saques a relucir con un poco más de intensidad. No hay mujer u hombre que se pueda resistir a eso durante mucho tiempo.

Enzo hizo caso a los consejos siempre sabios de Pauline. Volvió a invitarle a su casita en Howth. Relajados en el sofá con música de fondo y un par de copas, una y otra vez hablaban de trabajo. Era irremediable.

- Es odiosa esta mujer. ¿Quién se cree que es? –opinaba Enzo apurando su bebida.

- Solo la escritora de esta historia.

- ¿Por qué siempre la defiendes? Es intolerante y maleducada.

- No le gusta como se están planteando muchas cosas entre Patrick y Niall. Es muy normal, son sus personajes literarios. Son como sus hijos.

- ¿Qué es lo que quiere?

- Creo que la deberían enseñar que la literatura es un lenguaje muy diferente al cine. Es todo.