MR BAD GUY

GET DOWN, MAKE LOVE

Para echar más leña al fuego, Enzo decidió poner toda la carne en el asador y acudir al apartamento de Chris. El trascurrir de los días sin avanzar le estaba consumiendo. Tenía muchas ganas de verle fuera del plató. Le recibió con una sonrisa de concesión, más bien.

- ¿Puedo entrar? –preguntó prudente Enzo.

- Pasa. ¿Quieres cenar conmigo? Bueno, con nosotros.

Ekaterina asomó su cabecita pelirroja por la puerta de la cocina. Iba enfundada en un delantal y portaba un cucharón de madera. La observó con la boca abierta y ella se acercó a darle un abrazo.

- Hola, Enzo. ¿Vecherya nosotros?

Intentó reaccionar con agilidad y no parecer el patoso que sin duda quería Chris que pareciera.

- Qué buen inglés hablas ya. También veo que le está gustando Dublín más de lo que esperado –esta vez se dirigió con ojos de sable a Chris.

- ¿Si? ¿Vecherya?

- Claro, ¿tú estas haciendo la cena, Ekaterina? –acompañó sus palabras, que ella por supuesto no entendía, con el ademán de revolver con ese cucharón enorme.

Enseguida lo entendió y asintió sonriendo.

- No me podías avisar de que estaba tu novia aquí, claro –dijo entre dientes cuando Ekaterina volvió a la cocina.

- ¿Qué hay de malo en que te quedes a cenar con nosotros? Os llevais muy bien ¿no?

- Qué pedazo de cabrón eres.

- Hala, ayúdala si es que quieres ganarte la cena.

- Sabes perfectamente que no se distinguir entre una lechuga y una col de bruselas.

La cocina búlgara estaba muy influida por la serbia, croata y turca. La valiosa novia de Chris les había preparado para comenzar una sopa tarator que consistía en una sopa de yogur fría y refrescante a base de pepinos, ajo y nueces. A esto le seguía una musaca, consistente en capas de carne picada de cordero, berenjena en rebanadas y tomate.

Durante toda la cena Chris estuvo impertinente. En vez de hacer de intérprete para facilitarles la comunicación se desentendió totalmente y les dejó que se apañaran con gestos.

Una vez terminado el delicioso pastel garash, trasunto búlgaro de la tarta Sacher, Enzo se despidió lo más afablemente que pudo. Chris le acompañó hasta el ascensor con una sonrisa ahora si, radiante.

- No has ganado el partido, lo sabes ¿no? –dijo Enzo apretando el botón del ascensor.

- No solo le he empatado sino que te he machacado en tu propio terreno.

- Este no era mi terreno. Sino te borraría tu maldita sonrisa de la cara.

- ¿No sabes perder?

Enzo entró al ascensor acomodándose la cazadora de cuero que tan bien le sentaba pero Chris detuvo la puerta un momento.

- ¿Crees que Teri se chupa el dedo?

- No te capto.

- ¿Crees que el otro día estaba en el plató por casualidad?

- ¿No fue a ver a su amorcito?

- No, fue a verte a ti.

- ¿En serio? O sea que habéis hablado de...

- La juré y volví a jurar que no había nada entre nosotros. Ni ahora ni antes.