ENZO EFSERYAN (FREDDIE MERCURY) ES UN PROMETEDOR ACTOR DE CINE QUE SE ENCUENTRA EN UNA ENCRUCIJADA CON SU NOVIA PAULINE AMOS (MARY AUSTIN). LO QUE PARECE EL FINAL DE TODO, SERA SOLO EL INICIO DE UNA NUEVA VIDA PARA ENZO.
HAY HOMBRES QUE MERECEN UNA...
- ¿Qué haces con ese jersey negro de cuello de cisne como un beatnik trasnochado? –se rió Tarek mirando a Enzo que se retocaba el cuello cuidadoso frente al espejo del hall.
- Es todo por tu culpa. No era necesario expresar tu amor tan desmedido dejándome marcas por todo el cuerpo.
- ¿Qué hay de malo en que las exhibas con orgullo? ¿Ahora a estas alturas me estás diciendo que eres tímido?
- Claro que lo soy. Terriblemente –frunció el ceño deliciosamente enredando una y otra vez con la altura a la que debería estar el cuello vuelto.
- Estamos en pleno verano, ¿cómo vas a tener puesto eso?
Le dio la vuelta despojándole del jersey por la cabeza mientras Enzo se dejaba sorprendentemente con docilidad.
- Chicos, la habitación es mía durante media hora ¿eh? –les advirtió Doreen con sorna.
Tarek miró complacido su pecho velludo como si se cerciorara de que todo estaba en su sitio. Luego se dio la vuelta y cogió un bonito ramo de flores del que Enzo no se había percatado.
- ¿Qué haces a estas horas en casa? ¿No deberías estar trabajando? Ohhh, ¿y esa preciosidad de ramo?
Se llevó una mano a la boca asombrada al ver el ramo de fresias amarillas.
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Hacía mucho que Tarek no le obsequiaba con flores y siempre le hacía unos ramos tan preciosos. Aunque sabía que era para él se vió obligado a preguntar con prudencia:
- ¿Es para mí?
Tarek asintió sonriente alzando las cejas como si fuera obvio.
- Gracias, mi vida. ¿Lo has hecho tú con tus manitas? –sonrió coqueto atrayéndole hacia él tras dejar el ramo sobre la mesa.
Le atrajo por la cintura con una mano mientras con la otra agarraba su nuca rapada hacia él. Le plantó un millar de besitos sonoros.
- Todavía quedan unas semanas para mi cumpleaños.
- ¿No te puedo regalar flores cuando a mí me apetezca?
- Claro que sí, pastelito. Pero me vas a acostumbrar mal –volvió a coger el ramo tocando las flores con delicadeza-. Qué belleza. La pondremos en la mesa circular del vestíbulo para que lo vea todo el mundo. ¿Entonces? ¿Hoy te has pedido el día libre? Qué raro en ti.
- A partir de hoy tendré todos mis días libres solo para ti.
- ¿Qué? A ver, explícate. ¿De qué va eso?
- Va de que no quiero pasarme el día fuera de casa cuando puedas estar necesitándome.
- Mi amor, yo te necesito cada minuto de mi vida, ya lo sabes. ¿Has dejado tu empleo en Epping entonces?