MR. BAD GUY

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El 14 de febrero, día de San Valentín era un día de obligado cumplimiento romántico. Tarek siempre lo había celebrado con sus anteriores parejas, no sabía cuales eran las costumbres de Enzo. Se le ocurrió despertarle esa mañana antes de ir a trabajar con su regalo, un precioso ramo de dos docenas de rosas Blue Moon, sus favoritas.

- Feliz día, mi amor –le dijo colocándole el ramo en una cesta en su mesita de noche.

Enzo le gruñó algo y se dio la vuelta en la cama. Curiosamente cuando llegó a la revista esa mañana ya le esperaba su ramo de flores. Unas rosas rojas espectaculares.

- Tarek, te han llegado hace nada –le informó la recepcionista con sonrisa de oreja a oreja.

Tarek abrió emocionado la tarjeta. "Para mi maravilloso marido. Besos, mi amor. Enzo". Nunca podría competir con él en temas románticos. Debió haberlas encargado la noche antes. Suspiró feliz llevándoselas a la nariz.

Por su parte, Enzo se desperezó dos horas después para estrellarse de lleno con su exuberante ramo de rosas color lila-lavanda. "Para mi gruñón favorito. ¿Hacemos las paces? Con amor. Tarek". Enzo se había olvidado al instante del motivo de su enfurruñamiento y se dispuso contento a colocar el ramo en el mejor sitio de la casa, justo en el recibidor.

Su convivencia siempre estaba plagada de discusiones, enfados, rabietas. Discutían prácticamente por todo. Por los gatos, por celos, por independencia, por el trabajo de Tarek que le impedía acompañarle tanto como quisiera.

Enzo debía trasladarse a Estados Unidos para rodar un spot publicitario. Quería que Tarek le acompañara pero este no podía tomarse dos semanas de un día para otro.

- No soy la señora Efseryan. Tengo una vida profesional.

- Me lo sé de memoria. Tengo una independencia. ¿Lo vas a decir?

- No creo que haga falta decirlo.

- ¿No te importa que yo te necesite conmigo? Van a ser dos semanas.

- Se pasarán pronto. Estarás muy ocupado.

- ¿Tú sabes lo que es grabar un spot? Es lo más aburrido del mundo.

- Pobrecito, con lo que te van a pagar por ese spot muchos estarían deseosos de aburrirse.

- Ya salió el Tarek plebeyo.

- Pero tengo razón ¿a que si?

- Oh, te voy a echar mucho de menos, cariño.

- Y yo, mi amor.

Los períodos de enfermiza necesidad de Tarek se compaginaban con sus ocasionales flirteos con otros hombres. Mientras Tarek limitaba sus salidas a sencillos paseos en bici o a hacer running por Hyde Park, Enzo mantenía su agitada vida nocturna. Muchas noches no regresaba a casa. La explicación que recibía de él al día siguiente era que para respetar su sueño y madrugón, prefería pernoctar en su piso de Iverna Gardens. Tarek no era celoso. Intentó mantener la calma ante esta nueva salida de tono de Enzo. En vista de que Taron era como una tumba y nunca iba a delatar las correrías nocturnas de su jefe y amigo, Tarek decidió hacer las averiguaciones por su cuenta.

Una de aquellas mañanas en que Enzo no regresó en toda la noche, siguió los pasos de Taron que se encaminó hasta Iverna Gardens. Al cuarto de hora salió con Enzo del apartamento y poco después un chico. Parecía claro que Enzo le seguía siendo infiel.

Decidió que esta vez no le montaría una escena de celos seguida de una huida con las maletas en ristre. La decisión que tomó fue correrse él sus propias juergas. Por supuesto jamás se le ocurriría serle infiel pero sí pasárselo bien con sus amigos y dejar que él se lo pasara bien con los suyos.

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