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Draco se puso de pie, lo abracé como saludo.

- Buenos días... - dijo con voz ronca cuando nos separamos mientras se estiraba.

- Buenos días, voy a mi habitación a buscar algunos libros. - el asintió y fue a ducharse. 

Caminé hacia mi habitación donde pegué nuestra foto en el álbum de recuerdo y puse la fecha. Agarré algunos libros y bajé a la Sala Común donde con algunos hechizos, me puse a ordenar todo el desastre que había quedado de anoche.

Blaise vino y me ayudó. Luego caminamos juntos a nuestras clases.

Esta semana, luego de la fiesta, nos la pasamos estudiando un montón ya que nos anunciaron las fechas de las evaluaciones finales. Hermione me ayudó a estudiar, ya que ella tiene conceptos más completos. 

También escribí una carta a los gemelos. Diciéndoles que los extraño mucho y preguntándoles como van con su trabajo en Sortilegios Weasley. 

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El viernes me desperté más temprano de lo normal por ese característico dolor en la parte baja de la barriga.

Y si, hoy era el comienzo de esos días de cada mes. Pero hoy el dolor era especialmente peor.

Toda manchada... Qué desastre. Por suerte mamá me enseñó el hechizo Tergeo para estos momentos.

Al menos sé que no estoy embarazada, igual eso no va a pasar si siempre nos protegemos ¿No?

Lo que más injusto me parece es que los hombres no sufren lo mismo que las mujeres y eso me enfada mucho.

Me vestí y al colocarme una media/calcetín, tenía un hueco en mi dedo pulgar. Suspiré con frustración y me puse los zapatos negros.

Ya empecé el día de la peor manera, bueno, quizás no la peor manera.

Bajé a la Sala Común, donde todos los alumnos de primero gritaban y corrían por todo el lugar. Levanté la voz para que se callaran pero no lo hicieron, John se me acercó.

- ¿Qué les pasa hoy? - le pregunté acariciando sus oscuros rulos como saludo, mientras sentía mi cabeza hervir.

- Están alterados porque es viernes, y también están emocionados porque hoy haremos duelos con el Profesor Flitwick. - él era el único tranquilo, sin ninguna expresión en su rostro - ¡Muffliato! - exclamó haciendo que todos se callaran. La verdad es que cada vez me recuerda más a Tom.

- Gracias John. - tomé lista presencial y les avisé que hoy habría otra vez un Juego de Ajedrez Mágico después de clases en el Gran Comedor. Lancé Finite Incantatem.

Y todos salimos hacia nuestras clases.

Las primeras tres clases; Botánica, Transformaciones y Criaturas mágicas, fueron estresantes. El dolor en mi cabeza y en mi estómago no me dejaba pensar bien, y no es lo único; Tengo un terrible mal humor.

- ¡T/n, Blaise intenta acercarse a ese hipogrifo! - me informó Pansy riendo.

- Ah bueno.... - me concentraba en mis apuntes y en entenderlos pero solo era un lío en mi cabeza.

- ¿Estás bien? - me preguntó Draco, tomando mi mano.

- Ahora no Draco. - lo solté y me alejé sumergida en mis apuntes ¿Cuál era exactamente el alimento de los Bowtruckles? ¿Dónde lo anoté?

Estornudé. La peor sensación del mundo.

La clase terminó y caminé rápidamente al baño de prefectos. Me volví a arreglar por tercera vez.

Una clase más y me voy a mi cama.

¿Vuelo? Ah genial. Qué bien que me saldrán las piruetas. Nunca había tenido tanta mala suerte como para tener Vuelo justamente en mis días.

Pero bueno, veamos si llego a manchar a alguien.

- ¡Practiquen subida y bajada sin bajar la velocidad! - gritó la Profesora Hooch, todos comenzamos a ir arriba y abajo volando con la escoba y esquivando los obstáculos.

Estuve unos minutos volando más lento de lo normal.

Esto no se siente nada bien...

- ¡T/a! - me llamó la Profesora - Venga un momento.

Bajé de la escoba y me acerque a ella.

- ¿Le pasa algo?

- No me siento bien, además de estar indispuesta me duele bastante la cabeza. - murmuré, ella frunció el ceño pero me comprendía.

- Por tener tan buenas notas, le permitiré retirarse de mi clase. Pero estudie para las evaluaciones T/a.

- Gracias Profesora Hooch. - sonreí un poco y caminé a mí habitación.

Allí volví al baño, me puse mi pijama y me acomodé abajo de las suaves mantas de mi cama.

Lastimosamente, el dolor no paraba. Nunca me había sentido tan mal. Las otras veces, podía controlarme y tener un excelente día. Pero hoy, mi cuerpo dijo NO.

Espero que mañana se me pase.

Media hora después, escuché la puerta abriéndose. Alguien sacó las mantas de encima mio, era Draco.

- ¿Por qué estas enojada? ¿Hice algo mal? - preguntó con una tierna expresión de confusión.

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