La Apuesta

~ 112 ~

La tarde del siguiente día, yo caminaba por el pasillo, disfrutando la vista de las ventanas.

- ¡T/n! - escuché que alguien me llamaba, me di la vuelta, era Cedric.

- Hola Cedric ¿Qué pasa?

- Me preguntaba si podíamos hablar, es sobre Cho - asentí - Todo iba bien, en las vacaciones nos reunimos algunos meses para simplemente pasar más tiempo juntos. Pero ahora que comenzaron las clases, Cho parece obsesionada conmigo. No me deja hablar con ninguna otra chica, incluyéndote. Ni siquiera me deja pasar tiempo con Fred, George y Oliver. Y me está cansando...

- Ella no puede alejarte de tus amigos por ser tu novia. - recuerdo que me había pasado algo similar con Draco, pero él me permitió estar con mis amigos aunque suele ser bastante celoso.

- Lo sé, solo no se que hacer. - dijo frunciendo el ceño.

- Deberías hablar con ella, dile que no puede hacer eso, que es tu elección con quienes estar. Y si no entiende...

- ¿Y si no entiende?

- Tendrás que elegir entre ella o tus amigos... - dije intentando no sonar tan mala - Mañana Fred, George y yo vamos a jugar Gobstones en el Patio de la Torre del Reloj, por si quieres venir,

- Gracias T/n - me abrazó, sonrió y se fue.

Me da lástima que esté desperdiciando tiempo con Cho, me caía bien. Nunca la creí capaz de tratar a Cedric de esa manera. Además el otro día en la enfermería de trató re mala mi también, como si yo le hubiera hecho algo. Es decir, le rompí las costillas pero lo hice por ganar el partido de quidditch, no por otra cosa.

Ya entiendo por qué estoy en Slytherin...

Me dirigí a la Sala de Menesteres, donde Draco y Goyle me esperaban.

Goyle se quedó afuera haciendo guardia y Draco y yo entramos. Volvimos al Armario Evanescente, recordé que Tom lo había usado el lunes para irse de Hogwarts. Abrí el Armario rogando que no estuviera ahí, y por suerte no estaba ¿Eso significa que el Armario funciona?

Draco colocó el pajarito ahí adentro, cerré la puerta. Esperamos unos segundos y cuando la volvimos a abrir el pajarito ya no estaba. Draco sonrió y suspiró. Había funcionado, yo no sabía si estar tan feliz.

De repente se escuchó un golpe afuera, era la señal de Goyle de que alguien iba a entrar.

Draco se puso enfrente mio y lanzó un polvo de oscuridad instantánea, era la Profesora Trelawney, no nos vio por este polvo. Draco tomó mi mano y le lanzó el hechizo Depulso. La Profesora salió empujada a través de la ventana, hacia afuera.

Salimos rápidamente, Goyle ya no estaba. Nosotros, sin decirnos ni una palabra fuimos al despacho de Snape.

- Profesor, ya reparamos el Armario Evanescente.

- Bueno, enviaré la carta y cuando me responda, les comentaré lo que pasará. Estén atentos a Harry Potter, lo encontré aqui el otro día, revisando mis pertenencias.

- Eso haremos - dije, y salimos.

Entramos a la Sala Común, donde había varias personas, asi que Draco me llevó a su habitación.

- Todo esto me pone nerviosa, Draco, somos los culpables del comienzo de una Guerra. - el se sentó en su cama, tocando la parte de atrás de su cuello con frustración.

- Además tendré que matar a Dumbledore, no sé como haré.

- ¿Como te sientes? - le pregunté sacándome la túnica negra del uniforme.

- Estresado y preocupado... - ya me imagino, tener el sentimiento de que si haces las cosas mal tu familia morirá, es horrible. No tuvo que haberse entregado a Voldemort ese día.

- ¿Hay algo que pueda hacer para ayudar?

- Siéntate encima mio. - ordenó, sacándose el pullover gris y apoyando su espalda en el respaldo de la cama.

Parece que mi momento de pagar llegó, me saqué la corbata y mis zapatos. Caminé hacia él, hizo una media sonrisa y me senté encima suyo atrapando sus labios.

Moví mis caderas hacia adelante y hacia atrás mientras él seguía ocupado con mis labios y sus manos ocupadas con mis caderas. Coloqué mis labios en su cuello, dejando suaves y duraderos besos y chupones, sentía el olor de su colonia, estiró su cabeza hacia atrás y gruñó a la vez que su abdomen se contraía.

Sonreí orgullosamente y saqué su camisa a botones y su corbata, además lo entretenía con un beso más desesperado y apasionado que el anterior, me daba golpes de calor. Luego pasó suavemente sus manos en mi cintura por debajo de la ropa, dándome escalofríos.

Draco me agarró y me acostó en la cama, colocó su mano en mi cuello y sacó mi falda/pollera y mi ropa interior sin preguntarme. Seguía apretando despacio mi cuello, mientras con su otra mano tocaba mi feminidad, sonrió al notarme mojada. Apreté mis labios por su contacto.

Escuchamos un golpeteo en la puerta.

- Draco - escuchamos la voz de Blaise. Quería salir y taparme pero Draco seguía sosteniendome, solo me hizo una seña de silencio, agarró su varita y lanzó el hechizo para cerrar la puerta completamente y el hechizo silenciador.

Bajó su pantalón, se puso un preservativo, y continuó haciendo movimientos en mi feminidad con su grande mano, el placer que sentía era inmenso.

Entró a mi y mis piernas se debilitaron. Yo era enteramente para él y él enteramente para mi.