La Apuesta

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Las clases del jueves pasaron rápidamente, sin embargo, mandaron tarea. Fui a hacer mi tarea a mi habitación.

Luego de dos horas, al terminarla, me entretuve leyendo el libro que encontré en Pociones. El Príncipe Mestizo es muy inteligente, se hizo anotaciones que sirven un montón y te entretiene con el objetivo de saber más.

A la mitad del libro leí la palabra Sectumsempra, la misma palabra que Tom me pidió que buscara.

"Sectumsempra es un maleficio que se usa contra enemigos.

Cuando este maleficio impacta a la víctima, inmediatamente le hacia cortes profundos que le producen una hemorragia, y si estas heridas no son curadas a tiempo producen la muerte debido a la pérdida de tanta sangre en el objetivo; es como si una espada invisible atravesara a esta víctima.

El contra maleficio es vulnera sanentur. La primera vez que se usa, el flujo de sangre se suaviza; la segunda vez corta la respiración, la tercera vez elimina los peores efectos de las primeras veces. La víctima podría requerir hasta tratamiento médico, y si se aplica esencia de díctamo inmediatamente, puede que la cicatrización sea evitada."

Sin pensarlo dos veces lo anoté todo en el diario de Tom. Y antes de que pudiera agradecerme, aunque seguro no lo haría, Pansy entró a la habitación.

- Hola T/n, Draco te espera en el baño de prefectos. - dijo directamente mientras acomodaba su ropa.

- ¿Sabes para que?

- No, pero seguro es para... Ya sabes - con su mano y su boca hizo un gesto sexual.

- ¡Ay Pansy! - dije con disgusto pero sin evitar reirme, mientras guardaba mis libros.

- ¿Qué? Es la verdad, ese chico no deja de mirarte con cara de deseo.

- Bueno, voy a ver que quiere...

- Que lo disfrutes - dijo Pansy antes de salir.

Caminé al baño de prefectos, no tuve tiempo para verlo. Entré y era una maravilla, estaba todo limpio y había una ducha enorme llena de burbujas en la que estaba Draco sentado, apoyando sus brazos a los costados. Su cuerpo estaba debajo del agua.

- ¿Estas desnudo? - pregunté, Pansy no se equivocó tanto, Draco sonrió.

- ¿Hay algún problema?

- No - tragué profundo, hace mucho que no lo hacíamos en la escuela, y nunca lo hicimos en un baño.

- ¿No vas a entrar?

- Draco, cualquiera puede vernos - agarró su varita y lanzó Fermaportus.

- ¿Quien dijo que tendríamos sexo? - preguntó y me quede callada - Me parece que el de la mente sucia no soy yo.

- Claro, el que el otro día me miraba chupando el helado ¿Quien era? - dije y él rodeó los ojos. Comencé a sacarme la ropa, no toda, me dejé la ropa interior y entré a la enorme bañera.

Me acerqué a Draco y me senté a su lado. Era muy relajante.

- ¿Encontraste el Armario Evanescente?

- Si - suspiró - pero está muy dañado. No te preocupes T/n, lo solucionaré.

- No estás solo, lo solucionaremos juntos. - sus manos tocaron mi cintura por debajo del agua, y suavemente me sentó en su regazo haciéndome masajes en la parte baja de la espalda, lo cual me daba placenteras sensaciones.

- Tranquila, no lo haremos en el baño. - susurró con voz grave, acercando mi rostro al suyo con su mano en mi mentón.

Sus mojados labios se pusieron en contacto con los míos lentamente, mis manos acariciaban su pelo también mojado. El hecho de que estemos mojados, mitad abajo del agua me ponía más caliente.
Se separó y comenzó a besar mi cuello repetitivamente mientras yo tocaba su formado torso.

Y sentí su paquetote apoyandose en mi ropa interior abajo del agua.

- Draco...

- Vamos a mi habitación - ordenó con esa sonrisa provocativa de siempre. Salí de encima suyo, agarré una de las toallas que están en el armario y me sequé con esta. Draco hizo lo mismo, rápidamente nos vestimos.

- Draco, se nos ve la Marca Tenebrosa - avisé, el maquillaje se había corrido, igualmente la ropa nos tapaba.

Salimos del baño y las pocas personas que había en el pasillo nos miraban. Los ignoramos, ni que estuvieramos desnudos. Caminamos a la Sala Común.