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Sentí unas caricias en mi cabello, abrí los ojos apenas y era Tom estaba sentado a mi lado, con sus pies en es suelo y, seguía con su traje pero se había sacado el saco.

- ¿Qué haces aqui? ¿Que hora es? - pregunté adormilada.

- Las tres de la mañana, no pude irme.

- ¿Se rompió tu escoba? - ni siquiera sabía lo que decía, igualmente hace treinta minutos me dormí.

- No...

- ¿Entonces?

- Ni siquiera dormida te callas.

- Si vas a insultarme, mejor vete. - dije sentándome y quedando muy cerca de su rostro. Sus ojos verdes miraban mis ojos y mis labios. Fue ahí cuando me di cuenta que su mano estaba en mi muslo.

- No me quedé para eso... - dijo con voz grave, miró hacia abajo con una pequeña sonrisa y ubicó su mano en la parte baja de mi espalda por abajo de mi remera, me estremecí por el contacto.

 - dijo con voz grave, miró hacia abajo con una pequeña sonrisa y ubicó su mano en la parte baja de mi espalda por abajo de mi remera, me estremecí por el contacto

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Su contacto no era delicado, sino desesperado. Sin esperar atrapó mis labios con completo ardor, y volvió a acostarme en la cama.

Él estaba encima mío, sus labios jugaban intensamente con los míos mientras su mano pasó a acariciar mis pechos, no tenía corpiño puesto. Se separó de mis labios y lanzó un hechizo.

- Muffliato. - susurró el hechizo silenciador - Cierra los ojos y no te muevas. - ordenó.

Sentí sus suaves pero ásperas manos explorando mi cuerpo sin la necesidad de sacar mi ropa, y sus húmedos labios besando mi vientre provocándome mucho calor y cosquilleos.

- Si no quieres que use un hechizo, hazme caso y no te muevas. - era imposible no moverme, era como si mi cuerpo necesitara más.

Sentí su contacto en mi feminidad, cuando escuchamos pasos provenientes de afuera de mi habitación.

El pánico que me agarró en ese momento fue inmenso, Tom olvidó lanzar Fermaportus.

Le indiqué a Tom que se esconda y asi lo hizo mientras yo subí mis pantalones, me tapé con las mantas y me hice la dormida.

Escuché unos pequeños golpes en la puerta y alguien entró, seguramente papá.

- Brujita...

- ¿Mm?

- Escuché unos ruidos en el jardín ¿Me acompañas a comprobar que no haya nadie?

Hice mi mejor actuación para parecer adormilada, agarré mi varita, bajé con él y nos dirigimos al jardín. ¿Ruidos dijo?

Cuando llegamos usamos Lumos, y revisamos. Luego de unos minutos se escucharon unos pasos en el lado más cercano a la casa, corrimos hacia allí y buscamos, pero no había nadie.

- Qué extraño - murmuré.

- Espero que nadie haya entrado en la casa... Voy a revisar...

Espero que Tom se haya ido, porque papá podría verlo. Los pasos me parecieron raros ya que Tom se habría ido volando en su escoba. O era un animal, o alguien vino de visita.

Papá estaba preocupado y alarmado, entonces para protegerme me pidió que durmiera en su habitación.

Ocupé el lugar de mamá en la cama, me dormí antes de que papá terminara de revisar.

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Al siguiente día, papá y yo desayunamos, luego permanecí en pijama y me la pasé leyendo.

Quería evitar expresar cualquier sentimiento, digamos que estoy cansada.

- ¡Brujita, baja que hay compañía! - gritó papá, eran las tres de la tarde.

- ¡Ya voy! - alcé a Moony y bajamos juntas.

Entré a la sala de estar, donde Narcissa y papá se encontraban.

- Hola... - dije acercandome a ellos.

- Buenas tardes T/n. Con la autorización de tu padre, quiero llevarte a la mansión de Abraxas Malfoy. La traeré devuelta a las diez de la noche.

- Mientras esté a salvo no tengo problema. - respondió papá.

- Solo necesito que te vistas con algo más formal. - dijo viendo mi pijama. Asentí y volví a mi habitación.

Me puse unos pantalones negros holgados con una polera beige, unos zapatos y un saco formal. El invierno había comenzado.

Narcissa y yo volamos cada una en su escoba hacia el castillo.

- T/n... Draco va a disculparse pero quiero que sepas de mi parte, que yo también tengo la culpa de todo lo que está pasando. - su voz era pacífica pero se notaba arrepentida - Cuando Lucius sacó a Draco de tu casa, fuimos directamente a la mansión de Abraxas, el abuelo de Draco. No tenía permitido enviar ni recibir ninguna carta.
Lucius no quiere que Draco esté en una relación contigo, está enojado porque no permitiste que pasara al lado oscuro.

- Perdón por eso, creí que era la mejor decisión.

- Te apoyo T/n... Los apoyo....- hizo una sonrisa de labios pegados - Entonces le pedí a Draco que fingiera estar enamorándose de Astoria para evitar peleas con su padre hasta que lo envíen a Azkabán.

¿Entonces Draco besó a Astoria porque Narcissa se lo pidió?

- Pero ambas sabemos que eso no resultó bien, unas noches antes del baile de máscaras Draco me dijo que no quería besarla porque estaría engañandote, pero yo no lo escuché. Yo, la misma persona que les pidió que mantuvieran su relación durarera, ordené a Draco hacer cosas que salieron muy mal. Me equivoqué...

Quería negarlo, pero tiene razón.

- Entonces ahora necesito tu ayuda para terminar con este escándalo de una vez por todas.

Cuando llegamos a la mansión, Narcissa y yo cruzamos nuestros brazos y caminamos hacia el balcón de la parte trasera del castillo. Miramos hacia abajo donde estaban Lucius, Draco y Abraxas, caminando por un muelle. Rieron sobre lo que Lucius dijo pero el mismo puso su bastón en el pecho de Draco y dijo algo.

 Rieron sobre lo que Lucius dijo pero el mismo puso su bastón en el pecho de Draco y dijo algo

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Draco levantó la vista y cruzamos miradas. Seguía enojada con él. Su papá lo mantiene vigilado siempre y él no hace nada al respecto. Necesita nuestra ayuda, la de Narcissa y mía.

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