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5 años después...

- ¡MAMÁ! ¡LYRA ME ESTÁ PEGANDO!

- ¡MENTIRA! ¡PAPÁ, SCORPIUS ES UN MENTIROSO!

Miré a Draco de reojo, ni siquiera podíamos dormir tranquilos. Los gritos se escuchaban muy fuerte aunque estemos en nuestra habitación. Además, estábamos tan cómodos los dos abrazados y cálidos en la cama, a punto de dormirnos.

- ¿Que hora es? - preguntó él con voz ronca.

- Ni idea...

Unos minutos pasaron.

- Parece que ya se durmieron. - dijo Draco besando mi frente.

- ¡SCORPIUS YA PARA!

Recuerdo que un mes antes de que nacieran, Draco y yo buscábamos nombres. Decidimos seguir con la tradición de las constelaciones, además nosotros siempre tuvimos un vínculo con ellas.

Me levanté y caminé a su habitación. Planeamos que tengan una misma habitación hasta que empiecen sus clases en Hogwarts, y todavía tienen cinco años así que falta...

Draco me siguió, para que nada se salga de control.

- ¡Scorpius Francis Malfoy! ¡Lyra Narcissa Malfoy! - grité cuando vi uno de mis jarrones de flores roto en el suelo de su habitación - ¡¿Quién fue?!

Los dos comenzaron a discutir al mismo tiempo.

- Silencio. - exclamó Draco y los dos se callaron - ¿Qué dijo mamá sobre sus jarrones?

- Que no los toquemos. - respondieron al unísono arrepentidos.

- Mamá se pone triste si rompen sus jarrones. - volvió a hablar Draco, se acercó a mi guiñando el ojo y yo tapé mi cara con mis manos y fingí que lloraba.

Scorpius y Lyra corrieron a mi y me abrazaron.

- ¿Que se dice? - pregunté sin dejar mi actuación.

- Perdón mami.

- Perdón.

- Acepto sus disculpas, pero si llego ver otro jarrón roto. Tendré que castigarlos. - los dos corrieron a sus camas y cada uno se acostó en ellas.

Me acerqué a Scorpius, lo tapé bien con las mantas y besé su frente.

- Buenas noches brujito. - nos abrazamos.

Me acerqué a Lyra, la tapé bien con las mantas y besé su frente.

- Buenas noches brujita. - también nos abrazamos.

- ¡Esperen! ¿Pueden contarnos la historia de las estrellas? - preguntó nuestra hija antes de irnos. Draco y yo nos miramos.

- ¡Por favor! - intervino Scorpius.

Draco se sentó en la cama de Lyra y yo en la cama de Scorpius.

- Cuando no había estrellas, un mago llamado Rupert estaba sumergido en la tristeza por la muerte de su esposa. - comencé a relatar, acariciando el cabello rubio platino de mi hijo.

- Entonces decidió crear un hechizo que reviva a los muertos. Fue a un pueblo lejano, donde en una cabaña con un cartel que decía "Hechizos y pociones" había una bruja anciana. Rupert le pidió ayuda para crear su hechizo pero la bruja le pidió a cambio Centarium, una planta que sólo poseen los centauros. - continúo Draco.

- Comenzó su búsqueda en los espesos y profundos bosques de aquel lugar. Luego de días, encontró un centauro quien le apuntó con su arco y flecha, el mago estaba desesperado y le contó toda su situación. - Lyra escuchaba con atención y Scorpius ya se estaba quedando dormido.

- El centauro le respondió que el alma de su esposa estaba en el cielo, observando y protegiéndolo desde allí, e igualmente le dió la planta que necesitaba. Rupert no le creyó  pero agradeció su regalo.
El mago volvió con la bruja, ella le entregó el hechizo y él, la planta.

- Una noche, después de estudiar, Rupert fue al cementerio hacia la tumba de su esposa, la sacó de ahí con ayuda de magia y lanzó el hechizo que la bruja le dio. Pero no ocurrió lo que esperaba, su cuerpo comenzó a convertirse en pequeñas luces brillantes que se  elevaron hasta llegar al cielo.

- De Rupert no quedó nada, solo esos destellos blancos que ahora se encontraban acompañando a su esposa en el profundo cielo azul. - los ojos de Lyra brillaban de emoción como todas las veces que escuchó la historia.

- ¿Entonces él y ella quedaron juntos?

- Así es, como el centauro dijo.

- Pero los dos murieron. - agregó Scorpius con sus ojos cerrados.

- No todo sale como uno quiere y hay que conformarse con eso... - respondió Draco mientras nos levantamos - Ahora si, buenas noches.

- Buenas noches.

Cerramos la puerta y suspiramos.

Volvimos a la cama y apenas nos acomodamos en esta, nos quedamos dormidos.

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Al siguiente día, sábado, invitamos a Blaise, George y Fred.

Los gemelos llegaron más temprano.

¡Padrino! - gritaron Scorpius y Lyra corriendo a cada padrino.

George el padrino de Lyra, la alzó a sus hombros. Y Fred también alzó a Scorpius, quien es su sobrino.

- Cada vez se parece mas a ti - me susurró George. Siempre me recuerda que Lyra se parece a mi, asi como Scorpius se parece a Draco.

- ¡A la piscina! - gritó Fred y corrieron hacia esta con los niños encima.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora