~ 146 ~

28.8K 2K 749
                                    

- Abrázame - se sentó a mi lado y me abrazó - No estoy enojada, solo estoy en mis días. - Draco ya me había acompañado en días como estos y siempre fue muy caballeroso conmigo.

- ¿Necesitas algo?

- Me acuerdo de aquella vez que yo te escribí una carta pidiéndote que trataras mejor a Tlink, y luego cuando fui a la mansión, Tlink me dijo que lo hacías y que estaba muy agradecido. - mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar la muerte de Tlink.

Draco hizo una pequeña sonrisa al escuchar mis palabras, lo cual me hizo comenzar a llorar.

- Lo extraño mucho. - dije en llanto, él agarró unos pañuelos de la pequeña mesa que esta a mi lado y me lo dio. Soplé mi nariz. - Me ayudó tanto y él murió por mi.

- A Tlink no le habría gustado que llores por él.

- ¿Me estás diciendo que no vale la pena llorar por él? - pregunté frunciendo el ceño.

- Em no, quise decir que debemos que estar orgullosos de él. - dijo intentando descifrar mis repentinos sentimientos.

- Tienes razón, Tlink fue un héroe. - sequé las lágrimas de mi rostro y suspiré - ¿Me traes la caja que está abajo de mi cama? 

Draco me hizo caso, creo que sabe puedo enojarme muy fácil. Abrí la caja y comencé a comer las ranas de chocolate. Él agarró una y le pegué en la mano.

- Debes pedir permiso.

- T/n ¿Puedo comer una de tus ranas de chocolate?

- No - él se puso serio - Mentira - agarré una y se la di.

- ¿Vas a venir al juego de Ajedrez Mágico? - preguntó mientras comíamos.

- Por supuesto, esta es nuestra última partida. - me levanté y fui al baño otra vez.

Cuando salí, Draco y yo fuimos al Gran Comedor. La última partida es contra Gryffindor, ya que Hufflepuff perdió contra Slytherin y Ravenclaw perdió contra Gryffindor. Hermione me comentó que Ron es un experto en este juego. Bueno, Blaise también lo es, asi que no tengo de que preocuparme.

Igualmente, no pasa nada si no ganamos, no nos van a restar puntos ni nada por el estilo. El premio del ganador son cincuenta puntos. 

El juego comenzó, Blaise jugaba contra Ron, y Adrien jugaba contra Dean Thomas. 

En ese momento, me acerqué a ver los Puntos de las Casas. Nosotros llevamos la delantera con 386 puntos. Gryffindor tiene 332. Si Gryffindor gana se le sumaría cincuenta puntos, y su puntaje sería 382, por lo tanto seguiríamos ganando por 4 puntos.

Si nos va mal en los exámenes, Gryffindor ganaría la Copa de las Casas.

Volví a la multitud donde seguían jugando, ya iban por la segunda ronda. ¿Por qué esto me da más nervios que el quidditch? Seguramente es porque no lo entiendo y no se como colaborar para ganar.

- ¿Como van? - le susurré a Pansy.

- Empatados...

Luego de algunos minutos, la Profesora McGonagall observó las rondas ganadas anotadas en su libro.

- Es un empate. Haremos otra ronda más para que se decida. Cada casa eligirá a un solo jugador y los dos se enfrentarán en una última ronda.

Todos los de Slytherin hicimos un grupo con Blaise y Adrien para ponernos de acuerdo, la mayoría concordamos en la elección. Blaise jugará.

La última ronda empezó, cincuenta puntos en juego. La mirada fulminante de Blaise y la mirada confiada de Ron me ponían más nerviosa. 

- ¡Eso fue trampa! - exclamó Draco señalando un movimiento de Ron.

- No, señor Malfoy. Es una técnica del Ajedrez Mágico. - afirmó McGonagall mirando con detenimiento el juego.

- Odio admitirlo, pero el zanahorias es muy bueno en este juego. - susurró Pansy.

- No puede ser que le esté ganando a Blaise. - opinó Draco.

La ronda terminó con un movimiento de Ron y todo el público de Gryffindor comenzó a saltar y a felicitar a Ron con emoción. 

- Gryffindor gana 50 puntos. - dijo McGonagall, nosotros no dijimos nada, pero aún así felicitamos a Blaise por su esfuerzo.

En la Sala Común, les dije que a pesar de que ganaran, nosotros seguíamos teniendo el mayor puntaje por cuatro puntos. Y que todo dependía de nuestras calificaciones en los exámenes de la semana que viene.

El fin de semana cada uno estudió por separado para no distraernos. Además ayudé a alumnos en la Sala Común que necesitaban ayuda.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora