La Apuesta

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Buena pregunta ¿Somos una pareja?

- ¿Qué pasó con Vanora? - pregunté sin responder.

- Se fue unos días después de que tu te fuiste, no siento nada por ella y nunca lo hice... Lo que si hice son varias promesas que no cumplí, como protegerte y cuidarnos entre los dos - en sus ojos podía ver el arrepentimiento, colocó sus suaves manos en mis mejillas y sentí su calidez y su colonia que tanto extrañé.

- No más promesas, es suficiente confiar en el otro - sonreí para darle confianza y él me devolvió la sonrisa - Te amo Draco.

- Yo te amo más princesa - se acercó y sus labios besaron los míos. Tiene gusto a menta y me transmite una hermosa sensación de frescura. Todo de Draco me hizo mucha falta.

A la tarde, Narcissa, Draco y yo nos pusimos a cocinar pastelitos de melaza, jugamos un momento con harina y quedamos un poco sucios. Escuché unos pequeños pasos atrás, y sentí que algo abrazaba mis piernas. Me doy vuelta y era Tlink.

- Hola Tlink - exclamé acariciando su cabeza.

- Alejate un poco - dijo Draco con asco.

- Disculpe a Tlink, señor - se alejó - Tlink está muy agradecido con T/n. Le pidió al señor que me tratara bien, y el señor lo hizo. - dijo comenzando a sollozar con una enorme sonrisa y volviendo a abrazarme.

- Leyó la última carta que me escribiste - murmuró Draco.

- ¿Me dices que Draco te trata bien? - le pregunté al elfo sin poder creerlo.

- Por supuesto, el señor mejora cada día. Tlink está muy feliz gracias a T/n.

- No hay problema Tlink. - dije y se fue.

Draco estaba cambiando sus tratos hacia los elfos porque escuchó mis consejos. Estaba extremadamente sorprendida, y se lo agradecí con un abrazo. Como Tlink me lo agradeció a mi.

A la noche, Pansy me comentó todo lo que había pasado en su cita con Daphne y había sido un éxito. Según dijo, están intentando una relación amorosa.

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Durante dos días, Draco y yo nos volvimos tan unidos como antes. Hasta que el miércoles llegó, me desperté, me vestí y fui a la biblioteca a leer el libro que me compré con Tom.

- Hola...

- Tom - me levanté y caminé a él - ¿Cómo estás? ¿Dónde estuviste? - no lo había visto muy seguido.

- Estoy bien - respondió serio y me dió unas llaves con una dirección - Quiero que te quedes con las llaves de mi casa.

No quería que se vaya, yo estoy con Draco pero no quiero perderlo a Tom.

- Debe haber alguna manera de que te quedes...

- ¿Quedarme para qué? No soporto verte con Malfoy y si me voy será mejor. No estropearé nada. - ahora su expresión era más triste, y yo ya tenía ganas de llorar.

- No digas eso. Tom, yo... - dudé en decirlo - yo te amo y no quiero que te vayas para siempre.

Una pequeña sonrisa se asomó en su deprimido rostro.

- Me demostraste que aunque no quieras, haces cosas por amor - confesé y unas lágrimas salieron -Y bueno, en el futuro pensarás que te debilita. Pero pasé momentos inolvidables contigo y no quiero que se acaben.

De repente colocó su mano a un costado de mi cuello y me besó apasionadamente, este era en definitiva un beso de despedida y no lo detendré. Acaricié su pelo y cuando el beso acabó, contemplé sus ojos verdes y nos apoyamos en nuestras frentes. No podía dejar de llorar.

- No llores por este monstruo - dijo Tom con ojos aguados - No valgo la pena - sonrió y acarició mi mejilla.

- Hay algo que quiero darte - agarré un dibujo especialmente para él y se lo regalé.

Unas horas más tarde, todos nos reunimos en el hall, el diario de Tom estaba abierto en el suelo.

- Tom, solo necesito que te ubiques sobre el libro. - aclaró Voldemort.

- Antes, quiero despedirme de alguien - Tom se acercó a mi, agarró mi mano y besó la parte superior, todos nos miraban sorprendidos - Fue un placer haber convivido con usted - hizo una sonrisa y guiñó el ojo.

Caminó hacia el libro pero antes de pararse sobre él, lanzó un hechizo y desapareció.

Hizo el hechizo de aparición.