La Apuesta

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- Seamus se enojó bastante por los caramelos escupe-fuego. - comentó George mientras caminábamos con Fred y Oliver hacia Hogsmeade.

- Y no sólo eso, también incendió la cortina de nuestra Sala Común. - dijo Fred riéndose, yo también reí al imaginar ese momento en mi cabeza. Estoy segura que con los gemelos, la sala común de Gryffindor es un descontrol.

- No se rían, nos sacaron 50 puntos por sus bromas. Y si no ganamos la Copa de Quidditch, intentemos ganar la Copa de las Casas - suspiró Oliver, quien estaba a mi lado. Yo tenía mi mano en su cálido bolsillo porque tenía frío.

- Creo que alguien necesita su canción - dijo George guiñando el ojo.

- Oliver Wood, el mejor capitán,
de sus movimientos te sorprenderás.
Oliver Wood, el mejor capitán,
quizás algun día como él serás.
Oliver Wood, el mejor capitán,
sin su ayuda ninguna Copa ganarás.

Cantamos mientras Fred y George bailaban y reíamos.

- No me gusta esa canción - opinó Oliver - Este año no ganaremos.

- Si Slytherin pierde el partido del lunes podrían ganar. No te presiones Oliver. - dije sonriendo. Fred le dio unos golpes despacio en la espalda.

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Mientras ellos visitaban Honeydukes, yo caminé a la tienda Cabeza de Puerco, donde papá y mamá me pidieron que vaya. Al entrar tuve un escalofrío, el lugar era como lo contrario a las Tres Escobas, era como un bar, pero todo oscuro y sucio. Hay algunas velas encendidas pero no ayudan mucho. Y las personas que se encontraban allí parecían personas muertas y me miraban con desconfianza y malicia.

- T/n. - me llamó mamá, sentada a una mesa. Me acerqué a ella.

- Hola ¿Pasó algo? - pregunté sentándome enfrente suyo.

- ¿Cómo fueron tus calificaciones en los TIMO?

- Sabía que me preguntarías eso - saqué el papel de la Matrícula de mi bolsillo y se la entregué. Al verla sonrió - ¿Sólo para eso me pidieron que viniera?

- El Señor Tenebroso me pidió que haga algo muy riesgoso. No sé si saldré con vida. Por eso quería decirte que... - se aclaró la garganta - Te amo hija, no te traté como una madre y verdaderamente lo siento. Desperdicié mucho tiempo en el que podríamos estar bien, como la familia que tu y Francis querian que seamos. No sabes cuanto me arrepiento de todas las cosas que te llamé, no merezco tener una hija tan compasiva, amable e inteligente. - una lágrima se deslizó por su mejilla - Y arruiné todo, tu confianza en mi nunca volverá a ser la misma. Pero quiero que sepas que siempre eras, eres y serás mi hija, la cual amo y adoro, me siento muy orgullosa de ti.

No lo podía creer, no tenía palabras. Sinceramente, no me esperaba esta confesión de sentimientos.

- ¿Me dices todo esto porque morirás? - pregunté preocupada.

- Te digo esto porque es lo que siento. Y gracias Francis me di cuenta que si no es ahora, no es nunca.

- ¿Cuál es el pedido mamá? - Voldemort debió pedirle algo de vida o muerte.

- Me tienen prohibido decirlo. - dijo mirando hacia abajo. Me levanté, ella también se levantó y la abracé. Obvio no la perdonaba por todos sus errores, pero esta podía ser la última vez que esté a mi lado.

Sonrió y besó mi frente.

- Te amo hija. - me despedí y volví a buscar a los chicos.

Al encontrarlos estaban comiendo algunos dulces que Oliver compró.

- Hola devuelta.

- T/n, tienes que probar estos dulces nuevos, son deliciosos. - dijo Fred, dándome unos caramelos.

- ¿Saben algo de Cedric? - pregunté, hace bastante tiempo no hablo con él.

- Está siempre con Cho - respondió George. Qué mal, que este de novio con Cho no significa que no pueda pasar tiempo con sus amigos ¿No? No lo digo por celos, es solo que es raro que ya no se junte con ellos por su novia... Yo estoy con Draco, y a pesar de su desconfianza hacia mis amigos, me sigo juntando con ellos.

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El día del partido llegó, lunes. Antes de ir a los vestuarios fui a ver a Draco. Estaba enojado, ya que la Señora Pomfrey no lo dejaba ir a verme.

- El miércoles podrás salir de aqui. - dijo ella caminando hacia otro alumno enfermo.

- No puedo creer que no te veré jugando quidditch.

- ¿Por qué quieres verme?

- Sé que van a ganar, pero... - me hizo seña para que me acercara y me susurró en el oido, sentí sus manos acariciando mi cintura por debajo de la ropa - Solo tu me importas.