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- La odio - comenté tapando mi rostro e intentando respirar correctamente mientras miles de lágrimas caían. Draco me abrazó.

- No creo que se vaya...

- No me importa si se va - dije con voz cortada - Me importa su opinión sobre mi. Una desobediente traidora de la sangre.

- Perdón, no quería que escucharas todo eso.

- Está bien Draco. Gracias por avisarme que discutían - Draco me llevó a su cama y allí nos acostamos.

- Creo que deberías hablar con ella si se va. Solo para aclarar las cosas. - me acurruqué en su pecho y abracé su cintura, mi cabeza dolía y las lágrimas seguían mostrandose.

- ¿Y que le voy a decir? - él acariciaba mi pelo suavemente.

- Que ella no puede decidir todo sobre tu vida ¿Siempre de llevaron mal?

- Desde que murió mi tia comenzó a ser estricta conmigo y cada vez mas.

- Lo siento... - murmuró, su respiración era profunda, su perfume y su mano izquierda jugando con mis dedos me distraían - Mañana quiero llevarte a un restaurante mágico cerca.

Mis párpados taparon mis ojos y me quedé dormida.

Sentí unas caricias en mi mejilla.

- Te estas perdiendo de la vista - dijo Draco con voz ronca. Apenas abrí los ojos y estaba secando su pelo con una toalla, con la ropa interior puesta y su torso desnudo.

- Ya te dije que me pones caliente, lo haces a propósito - está bien esculpido y la linea en V que se muestra en la parte baja de su abdomen me llenan el estómago de mariposas. Me hizo una media sonrisa orgullosa.

- Por supuesto que lo hago a propósito.

- Eres-

- ¿Perfecto? Eso ya lo sé. - su voz grave me despertaba entera, se puso la remera.

- En tus sueños solamente.

- ¿Ah si? - me alzó y me cruzó sobre su hombro, dejándome caer en su espalda. Me sostenía desde mis piernas adelante.

- Bajame Draco - exclamé.

- No, hasta que me digas algún cumplido - dijo comiendo una manzana verde.

- Draco vamos, solo bajamee.

- Escucho.

- Está bien, eres perfecto Draco - me soltó en la cama y se puso en cuatro encima mio.

- Buena chica - me besó, se puso de pie, le dio otros mordiscos a la manzana y terminó de vestirse con un traje negro y la corbata verde - Ve a hablar con tu mamá y vístete con algo formal. Yo iré a hablar con Blaise.

- Deseame suerte.

- Buena suerte T/n - me dio otro beso y se fue de la habitación.

Luego fui a mi habitación y me vestí con un vestido negro con algunos toques verdes oscuros, unos tacos bajos y un saco. Fui a la habitación de mis padres donde mamá estaba haciendo la maleta.

- T/n. - dijo sorprendida.

- ¿A dónde irás?

- Iré a casa de vuelta, cuando el señor me precise volveré.

- Hay algo que no entiendo... - dije cerrando la puerta - Tu me llamas traidora de la sangre por las órdenes del Ministerio, pero igualmente engañas a los del Ministerio ya que apoyas a el Señor Tenebroso.

- Es difícil T/n.

Hubo silencio, quería que siguiera hablando pero no lo hizo. Entonces di media vuelta y salí de la habitación.

Busqué a Draco, estaba en el hall con Blaise, sentados en el sillón.

- ¿Como te fue? - preguntó apenas me vio.

- Mal - me senté con ellos.

- ¿Qué pasó? - preguntó Blaise.

- Mi mamá discutió conmigo y con papá y se va a ir a casa hasta que el Señor la reclute.

- ¿Y como te sientes?

- La verdad no sé. No quiero que se vaya pero tampoco quiero discutir más. Todo depende de ella.

- Bueno, amigo. Invité a T/n a comer. Asi que te dejaremos solo unas horitas.

- Y eso me pasa por estar soltero...

- No creo que lo estés por mucho tiempo Blaise.

- Bueno, nos vemos.

Fuimos en escoba hacia una calle completamente iluminada por el sol del mediodía, había casas de personas ricas, árboles con flores blancas y un restaurante de aspecto elegante, toda la gente de allí era de clase alta.

Adentro, los colores blanco y gris predominaban, todo transmitía elegancia, refinamiento y delicadeza. Algunos platos con y sin comida volaban despacio de un lugar hacia otro. Nos acercamos a una mesa.

Draco tomó una silla y la alejó de la mesa para yo poder sentarme en ella, es todo un caballero.

- Puedo mover la silla yo sola...

- ¿No me dirás gracias? - preguntó sentandose en frente mio.

- Gracias...

Una camarera nos atendió y se fue.

- ¿Entonces tu mamá se va?

- Si, pero hablemos de otra cosa... No se si soy solo yo, pero ya quiero volver a Hogwarts. Siento que todo es mas facil ahí.

- No creo que sea fácil este año. Si tu no estuvieras conmigo, estaría en depresión - dijo acariciando mi mano.

Dos platos con comida flotaron y se apoyaron en nuestra mesa. Habíamos pedido pasta y estaba deliciosa, también conversamos sobre varios temas. Una vez que terminamos, pagamos y salimos del restaurante.

- No puedo dejar verte con ese vestido apretado.

- Draco, la gente puede escuchar...

- No me importan - me tomó de la mano y fuimos por helado.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora