~ 155 ~

28.9K 2K 933
                                    

Quería visitar a Tom, hace varias semanas que no lo veo. Se lo dije a Draco y él quería acompañarme pero no iba a dejar a Blaise solo con los gemelos.

Entonces fui yo sola a visitarlo con mi escoba.

Al llegar toqué el timbre. La mansión le quedó perfecta, pero sigo prefiriendo la mía. Digamos que es su mansión es demasiado grande, además vive solo.

- Hola Tom. - dije, pero luego me di cuenta que en la puerta había una chica adolescente con pelo rubio despeinado y una toalla cubriendo su cuerpo.

- ¿Quién eres?

- Perdón, soy T/n.

- Hola T/n. - dijo Tom acercándose a la puerta, estaba sin camisa, con sus pelo ondulado también despeinado y tenía un pantalón.

- Si interrumpo algo puedo volver otro día.

- Si. - dijo ella.

- No. - dijo él - Pasa, esperanos en la sala de estar.

Estaba un poco avergonzada, pero igualmente caminé a la sala de estar como si la casa fuera mía. Visité esta casa más veces que cualquier otra, a veces para hablar con Tom, a veces para simplemente descansar de mis hijos, a veces para leer en la biblioteca.

Dejé mi bolso a un costado, fui a la cocina y me agarré unos tritones de jengibre para comer.

Me acosté en el sillón y prendí la televisión muggle, digamos que le obligué a Tom a tener una, son muy entretenidas.

Luego de unos minutos, la chica entró y me observó con detenimiento, como si fuera sospechosa de algo.

- ¿Tengo algo en la cara? - pregunté sin sonar muy mala.

- No... - dijo y se sentó en el otro sillón.

Tom entró y agarró el control de mis manos para bajarle el volumen a la televisión. Se sentó al lado de la chica.

- T/n, ella es Amelia, mi novia. - aqui hay un problema, Tom no puede crecer, es un recuerdo, es decir él sigue siendo el adolescente que conocí años atrás.

Si tiene una pareja, su pareja va a envejecer y él va a seguir siendo un adolescente.

- Un gusto - dije sentandome bien y estrechando su mano. - ¿Y cómo se conocieron?

- Hace un par de meses, en la biblioteca central de la ciudad mágica cerca de aquí. - contó ella, es la misma biblioteca a la que Tom me llevó una vez.

No me malinterprenten, no me siento celosa, creo que odio cuando Tom es tan reservado. Somos como mejores amigos, y estas semanas que no lo vi, le mandé cartas pero él respondía cortante.

¿Por qué Tom no me dijo nada de su enamorada?

- Qué bien, yo vine porque quería visitarte porque hace semanas que no nos vemos... Pero no quería interrumpir nada. - le dije a Tom.

Ella me miraba como si me quisiera hipnotizar con sus ojos ¿Estoy diciendo algo malo?

- No hay problema, T/n.

- De hecho, quiero invitarte a casa mañana. Y Amelia puede venir si quiere. - dije, ella levantó una ceja, la verdad no la entiendo a esta chica.

- Bueno, T/n ¿Vienes un momento? - dijo Tom - En unos minutos volvemos.

Caminamos hacia el comedor donde Tom lanzó Muffliato para que Amelia no escuchara.

- ¿Cómo vas a hacer? - pregunté acomodando su cabello despeinado.

- Siempre tengo las respuestas a las preguntas, pero en este caso estoy perdido.

Amelia tendrá setenta años y él seguirá siendo un adolescente, una pareja media rara.

- Eso significa que no le has dicho que eres un recuerdo.

- Así es... Pero voy a hacerlo.

- ¿Por que no me dijiste que estas enamorado?

- Porque no lo estoy. Amelia es sólo un pasatiempo. - ya me había olvidado de que Tom es un "sin sentimientos". Me siento afortunada por las veces en las que Tom expresó sus sentimientos conmigo.

Ahora la chica me da lástima, debió ser difícil para ella entablar una relación con él.

- Entonces no se te hará difícil decirle la verdad...

- El amor no es lo más importante en la vida, todo depende de las personas que te rodean. - confesó sin ninguna expresión, y le di un pequeño abrazo.

Tengo idea de las cosas por las que pasó y aunque no lo demuestre, no creo que quiera estar solo siempre.

- Te espero mañana Tom, Scorpius quiere verte. - hice una pequeña sonrisa, salí de la habitación, me encontré con Amelia a quien despedí y volví a casa.

La ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora