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Draco y yo nos pasamos esa tarde buscando a Theo por todos los lugares posibles de Hogwarts. Fue muy cansador, siendo honesta, mis piernas dolían. Al menos nosotros dos tuvimos tiempo para conversar.

Finalmente fuimos a la Lechucería, allí estaba Theo, haciendo una poción. Y cuando nos notó, ocultó todo en su mochila.

- ¿Cual es tu excusa por faltar a todas las clases esta semana? - preguntó Draco, mirándolo con desprecio. Theo hizo silencio.

- Perdimos puntos por tus ausencias...

- Lo siento, desde mañana volveré a clases. - agarró su mochila, le chocó el hombro a Draco y bajó las escaleras para irse.

- ¿Y este quién se cree?

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En la tarde del lunes, los juegos de Ajedrez Mágico comenzaron. Sinceramente, no entiendo mucho de este juego, lo único que sé es que hoy compiten cuatro alumnos, dos de Slytherin y dos de Hufflepuff.

En una mesa está Blaise compitiendo contra Hannah Abbot. Y en la otra está Adrian Pucey compitiendo contra Summerby.

Luego de tres rondas, las cuales estuvieron llenas de tensión, impaciencia y nervios, Blaise tenía que hacer el último movimiento y ganar, y asi lo hizo. Hufflepuff queda afuera de la competencia.

Todos los espectadores de Slytherin saltamos y elogiamos a Blaise y Adrian. Hasta el Profesor Slughorn los felicitó, y es más, nos permitió hacer una fiesta por nuestra primer victoria en el Ajedrez Mágico.

Creo que se está convirtiendo en uno de mis profesores favoritos. 

Aquella noche, en vez de bajar al Gran Comedor para cenar, los alumnos de los cursos más altos de Slythein, teníamos la autorización de hacer una fiesta.

Era como ganar un partido de quidditch, en nuestra Sala Común, pusimos música, comida y bebida, luces y en un abrir y cerrar de ojos había toda una multitud de personas alocadas bailando y saltando al ritmo de la canción. No festejamos solo por ganar un Ajedrez, festejamos porque nos hacía falta una buena fiesta y pasarla bien.

(Canción de la portada del capítulo. Minuto 0:40)

Pansy vino atrás mio con un vaso con bebida y comenzamos a bailar muy pegadas por la falta de espacio y la cantidad de gente, estoy segura de que no todos eran de Slytherin. Me puse de espaldas a ella, colocó una sus manos en mi cadera y nos movimos al compás mientras reíamos.

La pasaba tan bien, las luces cambiando de colores y brillando arriba de nosotros, miré hacia mi izquierda, donde Draco estaba, apoyado a la pared con sus brazos cruzados mirándome profundamente y con una expresión malhumorada. Sentí que el mundo se detuvo, y después de unos segundos aparté la mirada. 

- Draco es un aguafiestas

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- Draco es un aguafiestas. - le dije a Pansy en el oído. 

Ella rió, tomó su vaso y lo tiró a un costado, lo miró y acarició mi cintura con sus manos hasta mis muslos. Intentaba provocar a Draco.

- Voy con Daphne... - me dijo en el oído y besó mi mejilla. Yo aproveché para acercarme a Draco.

- ¿No vas a bailar conmigo?

- Creí que bailabas con Pansy...

- Entonces vuelvo con Pansy. - antes de irme, él agarró mi mano y me unió a su cuerpo.

- Pansy no se compara conmigo ¿Verdad? - hizo una media sonrisa tentadora y me llevó hacia la multitud de gente. Bailamos y disfrutamos de nuestra compañía, volví a ponerme de espaldas pero esta vez en Draco. Sus fuertes manos agarraron mis caderas pegándome a las suyas, rozándonos y sintiéndonos. 

Empezaba a hacer demasiado calor, cada minuto que pasábamos bailando era como una eternidad, y no me aburría para nada.

Me di vuelta para acercarme a su rostro y volver a juntar nuestros cuerpos. Me embriagaba con su colonia que seguía impregnada en su camisa blanca a botones, acaricié su torso notando sus músculos. Draco mordió un poco su labio inferior, agarró mi cintura y dejamos la fiesta.

Fuimos a su habitación, cerró la puerta y rápidamente me apoyó contra esta ahorcandome no muy fuerte.

- Todas las cosas que imaginé hacerte mientras bailabas. - su voz grave me estremeció, sentí que mi respiración me dejaba. 

- ¿Qué esperas? - pregunté con voz entrecortada. Sonrió y rápidamente besó mis labios apasionadamente. Habíamos aguantado mucho en la fiesta.

Sacó mi corbata para tener más espacio y así besar mi cuello, cerré mis ojos hundiéndome de necesidad, mis dedos se entrelazaron en su cabello rubio platino.

Abrí mis ojos y vi a Theo, observándonos con el ceño fruncido.

Di un pequeño salto por el susto, Draco me miró confundido y se dio vuelta. 

- ¡¿Qué haces en mi habitación?! - exclamó lleno de ira y agarrando su varita. Caminó a él desafiante.

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