La Apuesta

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- Eso lo hablaré con Draco este domingo ¿Sabes algo más del baile?

- Sé que la vestimenta será como de realeza antigua, lo leí en un cartel afuera de la mansión donde decía todos los detalles de la fiesta. Comenzará a las ocho de la noche y solo pueden ir los invitados ¿Decidiste ir?

- Mmm no... No me invitaron todavía.

- ¿Piensas que te van a invitar?

- Si soy la novia de Draco deberían ¿Verdad?

- No lo creo, está ocupado con otra chica. -

- No mientas Tom... - levantó una ceja, él al estar de pie y mirarme desde arriba mostraba una especie de autoridad.

- No miento.

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El domingo antes de que anochezca papá y yo fuimos a la Mansión Malfoy, otra vez. Esta vez con más esperanzas de volver a ver a Draco. La verdad es que este mes, sin él, pasó muy lento.

Estacionamos y caminamos hacia la primer entrada donde Anker estaba.

- Buenas tardes Anker. - dije - Vinimos a visitar a Draco, otra vez.

- E-ehh Anker n-no - Lucius lo interrumpió, apareció mirándonos con desprecio, como si fuéramos basura.

- Buenas tardes Lucius - dijo papá agarrando mi mano - ¿Podemos ver a Draco?

- Draco no está aqui... Y estoy seguro de que no quiere verte. - me comentó Lucius.

- No entiendo ¿Pasó algo?

- No eres tan inteligente como dicen... - cambió de tema.

- ¿Por qué le habla así a mi hija? - exclamó papá frunciendo el ceño - No le faltamos el respeto a usted para que nos hable de esa manera.

- Entonces retírense, y no lo busquen más. - Lucius agarró su varita y desapareció.

- Lo lamento brujita... No sé que otra cosa podemos hacer. - dijo papá un par de minutos después.

Bajé la mirada, yo sabía que algo pasaba y planeaba ir a ese baile cueste lo que cueste.

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El martes, un día antes del baile, papá todavía no llegaba del trabajo entonces aproveché para buscar algún vestido del estilo que Tom dijo. Estoy segura de que mamá tiene uno y si no, compraré uno en la primera tienda que encuentre.

Busqué en el armario, donde lastimosamente no había nada. Subí al ático y abrí varias cajas hasta que encontré una con varios vestidos antiguos, extravagantes y hermosos, como de princesa. No estoy acostumbrada a usarlos pero podría probarlo. Lo lavé y sequé.

Máscaras no encontré, entonces salí con mi escoba a comprar alguna. Un señor me vendió un par para pareja y las compré, para que cuando vea a Draco, él pueda usar una y yo la otra.

El miércoles llegó, papá también salió a trabajar hoy. Una hora antes de las ocho, me puse ropa interior y un corset, el cual me costó demasiado ponérmelo, después de varios intentos, en los cuales no podía respirar de lo ajustado que estaba, quedó bien.

Me puse un vestido color rosa, pero no me gustó, digamos que no es mi color, luego de puse uno color blanco manzana pero no me gustaban las flores que tenía, así que terminé poniéndome uno verde oscuro, simple pero magnífico. Además me puse el collar con el pequeño dije de serpiente que Draco me regaló.

Ahí pensé en Draco y en lo que Tom me dijo... ¿Y si de verdad me estaba engañando con otra? No... No creo, no tendría explicación. Nuestra relación estaba yendo más que bien. Como mis amigos dijeron, no debería preocuparme. A pesar de eso, el comentario de Lucius no salía de mi cabeza; "Estoy seguro de que no quiere verte.".

Si ese viejo de cabello de caballo le hizo algo a Draco, no dudaré en vengarlo.

También tardé bastante tiempo con el peinado. Me hice una trenza la cual enrollé para hacer un rodete/moño y los cabellos sobrantes los hice rulos. Me agregué una pluma negra como accesorio.

Me puse unos tacones negros, perfume, y el maquillaje; labios rojos oscuros y opacos, un poco de sombra negra en los ojos, y un poco de rubor. Me sorprendí a mi misma con el maquillaje, pero siento que si llamaba a Pansy para que me ayudara me hubiera quedado mejor.

Como tenía tiempo de sobra ayer, me pinté las uñas de color negro. Le escribí una carta a mi papá para que no se preocupara, me coloqué la máscara y puse en un bolsillo del vestido mi varita y la otra máscara. ¡Listo! Ahora el problema era ¿Cómo iba a colarme en la fiesta de personas millonarias?

Mientras volaba en mi escoba pensaba en eso, mi plan era que nadie me viera, y entrar por alguna ventana abierta en la parte de atrás de la mansión.

Pero no, eso no era una mansión, parecía un castillo. No estaba tan cerca y ya se podía ver la fantástica construcción. En el frente había muchísimas personas vestidas como si fueran de la realeza antigua. Volé hacia abajo, hacia el bosque, para que nadie me viera. Me percaté de que no haya ningún guardia. Es como un castillo, es raro que nadie esté vigilando.

Bajé de mi escoba y miré hacia el castillo, buscando alguna ventana abierta. De repente sentí una mano en mi cintura, sin pensarlo me di vuelta y le pegué una cachetada a quien sea que fuera.

- ¡Por Merlín! ¡Me asustaste!