La Apuesta

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Luego cenamos, me senté entre Fred y George. Contamos chistes y hablamos sobre cualquier cosa graciosa. Comimos Bertie Botts, me tocaron los sabores; gusano, manzana verde, lo cual me hice recordar a Draco y sandía. A Fred en un momento le tocó sabor a vómito, la escupió y, tuvo que tomar un vaso entero de agua para que se le vaya el sabor. George solo presumió que no comió ninguno con gusto feo.

Luego fui al baño a ponerme el pijama, cuando terminé tocaron la puerta, la abrí, eran Fred y George. Me agarraron de la mano y me llevaron abajo.

- ¿Que hacen?

- Vamos a jugar a la botellita mágica - respondió George, mientras nos sentamos en círculo con Ron y Ginny también.

- Comienzo yo - dijo Ron, agarrando la botella, cuando la colocó en el suelo comenzó a girar. Ron chasqueó los dedos y la botella paró en dirección a Fred.

- Tienes que comer la grágea que escupiste recién, en frente de nosotros. - le dijo Ron. Fred hizo cara de asco y fue a buscarla, estaba en su plato. Cuando volvió a sentarse, no lo pensó dos veces y la metió en su boca.

- Vamos Fred - alentó George. Fred tenía la cara roja, rápidamente agarró otro vaso de agua y se tragó el dulce. Su cara era disgusto total.

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Creo que si, Ronaldito pronto te haremos otra broma. - dijo competitivo. Ginny agarró la botella y la colocó en el suelo, chasqueó los dedos y paró en dirección a Ron.

- Tienes que mojarte el pelo con el agua del río que está al frente. - ordenó ella y reimos.

- Eso no es justo - se quejó Ron.

- Ya no hay escapatoria - dijo George mientras salimos todos juntos afuera. Caminamos cerca del río, yo me estaba congelando porque mi pijama no es muy acogedor. George se dio cuenta, se sacó su campera de lana y me la puso a mi, mientras Ron metía su cabellera en el agua del río.

Fred tomó fotos con mi cámara. Ron intentó secarse el pelo en vano.

- ¿Esa no es la campera de George? - preguntó.

- Si... ¿Por qué? - Fred nos miró y nos tomó una foto. Ron no me respondió y volvimos a entrar a la casa.

- Mi turno - dijo Fred y la botella comenzó a girar, cuando chasqueó los dedos paró en dirección a George - Tienes que pasar diez minutos encerrado en el baño con T/n.

- ¿Por qué yo? No nos vas a hacer una broma ¿Verdad?

- Ya no hay escapatoria - dijo Ron copiando las palabras de George.

Entramos al baño y Fred nos encerró. Me senté en el inodoro con tapa.

- Gracias por la campera - dije sacandomela.

- Puedes usarla cuando quieras... - me respondió, entonces me la dejé puesta. Se apoyó a la pared y cruzó sus brazos.

- Sabes, yo siempre pude diferenciar a ti y a Fred.

- ¿Ah si? ¿Entonces a quien prefieres?

- ¿Tengo que elegir?

- Seguro ya elegiste a alguno - dijo frunciendo el ceño - No te voy a juzgar si me dices que prefieres a Fred.

- Prefiero a Fred.

- ¿A ese insoportable?

- Solo bromeaba, te prefiero a ti George. 

- Me estabas asustando - sonrió, el color de sus ojos es precioso y nunca me había dado cuenta.

- Mas les vale que no me hagan ninguna broma.

- ¿Por qué piensas eso?

- Porque sino no me hubieran encerrado a mi también... - opiné poniéndome de pie.

- No te haremos ninguna broma T/n. No soy tan irrespetuoso como para hacerle una broma a una invitada. Confía en mi... - su voz es profunda y me dan ganas de escucharlo todo el día, nuestros rostros estaban muy cerca ya que no había mucho espacio en el baño.

A pesar de eso, ninguno se separaba del otro, entonces se acercó más a mi lentamente y nuestros labios se unieron, colocó una de sus manos en mi mentón y la otra en mi cintura. Su beso era diferente, era tierno, protector y dulce. Yo estaba confundida, me gusta lo que hace pero sin embargo, no dejo de pensar en Draco.